Política

Sánchez e Iglesias se conjuran para que el 8-M cierre la 'semana horribilis' del Gobierno

PSOE y Podemos adelantaron al viernes la cita del comité de seguimiento del pacto para dar imagen de unidad tras las fuertes tensiones de esta semana y con vistas a la movilización feminista de este domingo

  • Sánchez e Iglesias tras firmar el pacto dos días después de las elecciones del 10N

"A pesar de lo que se cuenta, la relación entre Pedro y Pablo es buena", asegura a Vozpópuli una fuente socialista conocedora de lo que se cuece en La Moncloa. Ambos, presidente y vicepresidente del primer gobierno de coalición de izquierdas que ha tenido España desde la II República, son muy conscientes de que en esta semana horribilis las discrepancias "han llegado demasiado lejos".

Que, como dicen en Unidas-Podemos, Carmen Calvo sigue sin asumir que ya no es la vicepresidenta de un gobierno monocolor y no puede "manipular" el Consejo de Ministros a su antojo -algunas fuentes sostienen que el martes jugó sucio no incluyendo en el índice verde que los ministros tienen sobre la mesa toda la documentación relativa a la polémica Ley de Libertad Sexual-, pero que eso no es excusa para este primer gran lío entre PSOE y morados.

El jefe del Gobierno ha hablado con su número dos para destensar la cuerda y con ella para que ejerza de coordinadora "efectiva" del gabinete, no de vigilante de Podemos; porque una cosa es que el anteproyecto de Montero presente serias anomalías detectadas por el Ministerio de Justicia, y otra que eso se use políticamente para erosionar al socio de coalición. Calvo parece haber captado el mensaje; ya ha pasado página:

Porque, aún cuando este es un "debate de élites, no de calle", sostiene un conocido dirigente sindical interlocutor de ambos partidos, alberga suficiente poder corrosivo como para introducir (más) recelo entre los socios; tanto, que lo que iba a ser una cita del Comité de seguimiento de la coalición el jueves 12, se reunió de urgencia este viernes con presencia del jefe de gabinete del presidente, el todopoderoso Iván Redondo, después de un cruce de conversaciones entre Sánchez e Iglesias y entre éste y Redondo para deshacer el entuerto.

La primera conclusión del sanedrín fue que esta semana horríbilis no puede convertirse en lo habitual y por eso tomaron una primera decisión: en las movilizaciones por los derechos de la mujer este 8-M, que se antojan igual de multitudinarias que las anteriores, "no podemos dar el espectáculo".

Esos feminismos socialista y moradoenfrentados muy de fondo y desde hace años sobre el concepto de la mujer como sujeto de emancipación, no pueden dar la nota este domingo en las calles de Madrid y del resto de España; pancartas separadas y frialdad, sí, más titulares y palabras gruesas sobre la crisis del gobierno de coalición no. Y un mensaje del presidente y de Carmen Calvo a los ministros: hay que estar en las manifestaciones. Igualdad no es de Podemos, solo tienen el Ministerio. "Igualdad es de todo el Gobierno".

"Un manifiesto"

"Todo se hizo al revés" por la premura de ley de la ministra de Igualdad, Irene Montero, en aprobar su primera ley y los celos competenciales de quien hasta ahora llevaba esa materia, Calvo. Por inexperiencia o por "sobreactuación", admite una de las fuentes consultadas, Podemos no quiso darse cuenta de que una ley de esas características, por mucho que lleve su sello... es sobre todo una reforma del Código Penal, es decir, del Ministerio de Justicia.

Y eso conlleva unos procedimientos muy tasados: informe de la Comisión de Codificación del Ministerio -que ya en época del ministro popular Rafael Catalá había emitido uno recomendando la supresión del "abuso sexual" y que se unifique todo en un único tipo agresión sexual-, e informes del Poder Judicial y del Consejo de Estado, también; y unos plazos que, literalmente, en este caso se han pasado por alto en aras de la premura política por el 8-M.

Por tanto, señalan fuentes socialistas, no es un problema solo de Carmen Calvo; es que ni el titular de Justicia, el magistrado Juan Carlos Campo, ni otros jueces del gabinete, como la titular de Defensa y magistrada del Tribunal Supremo, Margarita Robles, o el de Interior, el ex juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska, podían pasar por alto el intento de colar en el Código Penal poco más que "un manifiesto de uno de los sectores del feminismo" (sic).

Un manifiesto que además, insiste, de aplicarse tal cual acabaría rebajando las penas a los violadores cuando, precisamente, el consenso tras lo ocurrido con la sentencia contra La Manada en la Audiencia Provincial de Pamplona, es que se debe endurecer la reincidencia.

Un importante dirigente sindical admite: "Me enteré de la guía sobre el coronavirus para las empresas cuando aterricé en Lisboa"

No obstante, y pese a que el Gobierno se ha dejado esta semana jirones de credibilidad en el asunto de la Ley de Libertad sexual, otro episodio, la guía de actuación de las empresas frente al Coronavirus también ha supuesto otro incidente, y no menor, en las relaciones entre los dos socios de Gobierno y entre el propio gabinete y los agentes sociales.

"Yo me enteré de la guía tras aterrizar en Lisboa. No nos consultaron", asegura a Vozpópuli un importante dirigente sindical, atónito porque la ministra de Trabajo, la morada Yolanda Díaz, no se lo comunicara. Aunque solo la patronal CEOE hizo público su desacuerdo, en UGT y CCOO el malestar es notorio también. "Da la sensación de que el Gobierno piensa que en política tienes que estar moviéndote continuamente, para que se te vea, en lugar de hacer cosas bien", asegura esta fuente.

Hasta tal punto es así con este gabinete que al movimiento espasmódico de la titular de Trabajo de siguió otro de desautorización por parte de La Moncloa horas después del anuncio a bombo y platillo, y sin  

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