Pedro Sánchez montó este sábado un nuevo 'retiro espiritual' con los veintidós miembros de su gabinete, a los que recibió en vaqueros y zapatillas deportivas y con el rocío aún sobre el césped. El escenario elegido no era otro que la rústica finca de Quintos de Mora, provincia de Toledo, a donde se llevó a todo su anterior Gabinete tras su llegada a La Moncloa en 2018.
Ahora ha tenido que compartir posados con los Iglesias-Montero, que se cuidaban de aparecer en las fotos con seis ministros de por medio. A diferencia de la cita anterior, la velada ha sido retransmitida desde primera hora y con todo lujo de detalles por la secretaría de Estado de Comunicación, al frente de la que finalmente se queda Miguel Ángel Oliver, a las órdenes directas de Iván Redondo.
El gurú de La Moncloa fue el primero en dar ejemplo del pretendido desenfado y se plantó con vaqueros y chupa de cuero en un encuentro pensado para demostrar que el Gobierno "se coordina", según recalcó la portavoz María Jesús Montero. La titular de Hacienda caminaba entre carcajadas abrazada a Grande-Marlaska y riendo las gracias al presidente. Una jornada de "convivencia que es absolutamente necesaria para que al final nos entendamos cada miembro del Gobierno solo con mirarnos", señaló.
Sánchez había proclamado durante una de las reuniones con sus ministros su afán por comenzar a legislar cuanto antes. Se abre "un tiempo de optimismo, muy esperanzador y de gran dinamismo legislativo", les arengó. Y si los independentistas catalanes se lo ponen difícil en el Congreso, no parece que vaya a tardar en echar mano del BOE, donde esta semana ya coló de tapadillo una reforma pequeña pero vital en la Ley de Contratos Públicos.
Al terminar, los cuatro vicepresidentes valoraron la sesión como "muy productiva". Aunque mientras Iglesias se limitaba a elogiar que habían tenido un "debate transversal", la vicepresidenta Carmen Calvo se venía arriba y se atrevía a "replantear las tres, cuatro... cinco nuevas décadas para España en el marco europeo".
Arancha Gómez Laya, la jefa de la diplomacia española, se llevó una buena bronca en las redes sociales, donde no se le ocurrió otra cosa que presumir de estar "trabajando" un "sábado". "¿Tra, qué...? Que cachonda", decía uno. "80.000€ al año, fin de semana de lujo a costa de los contribuyentes y encima se ríe de nosotros", apuntaba otro. "Aquí la menestra dando lecciones de curranta. Los sábados son laborables para mucha gente todo el año. Pero sin finca, servicio y selfie", criticaba un tercero.
Este debe ser el Gobierno que desde el presente trabaje por el futuro de nuestros jóvenes, ellos son los grandes paganos de la precariedad, la exclusión y la pobreza provocadas por la crisis y los recortes. Por el futuro de nuestros hijos e hijas. pic.twitter.com/ddclKK7sqB
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) February 8, 2020