El cese de la abogada del Estado que denunció la malversación de fondos públicos en el juicio a los líderes del proceso separatista en Cataluña se ha sumado a una lista cada vez más larga de altos cargos purgados por el Gobierno de Pedro Sánchez para tender puentes con el independentismo.
Carmen Tejera dejó su puesto en el Ministerio de Hacienda esta semana. Según fuentes de este Ministerio, se trata de un cargo de confianza y de libre designación. Es decir, el Gobierno ha perdido la confianza en Tejera.
Según Hacienda, su cese nada ha tenido que ver ni con el juicio del procés, ni con una petición expresa de los partidos separatistas en la mesa de negociación Gobierno-Generalitat que arrancó el pasado miércoles. Los dirigentes catalanes acabaron condenados por malversación.
La caída de Bal
Sin embargo, la caída de Tejera no es una excepción, ni una coincidencia. Antes que ella, el abogado Edmundo Bal también fue apartado de la causa del procés tras representar a la Abogacía General del Estado durante la instrucción. Bal, hoy diputado de Ciudadanos, defendía incluir el delito de rebelión en el escrito de acusación.
Pero tras la moción de censura y la llegada de Sánchez a La Moncloa, la Abogacía General cambió de criterio. Y solo planteó la sedición. Bal ha acusado reiteradamente a la entonces ministra de Justicia, Dolores Delgado, de purgarle por este motivo.
Precisamente la Fiscalía General del Estado sí mantuvo la rebelión. Pero la sala del Tribunal Supremo, liderada por Manuel Marchena, que juzgó el caso desestimó este delito y condenó a Oriol Junqueras por sedición. Ahora, el Ejecutivo estudia una reforma del Código Penal para suavizar las condenas por sedición.
A los pocos días de ser investido presidente en enero, Sánchez cesó a la Fiscal General, María José Segarra, y propuso a Delgado para el cargo. Fue una decisión sin precedentes, puesto que Delgado dejó el Ministerio de Justicia y su acta de diputada del PSOE para convertirse en Fiscal General del Estado de un día para otro.
Salidas de Borrell y Lozano
Las purgas del Gobierno socialista no sólo han tocado el ámbito de la Justicia. La salida de Josep Borrell del Gobierno era una de las demandas más conocidas de los partidos separatistas, que jamás han ocultado nunca su animadversión por el político catalán.
Borrell dejó el Ministerio de Exteriores. Y ahora ocupa ese mismo puesto, pero como jefe de la diplomacia europea en la nueva Comisión.
Las purgas del Gobierno socialista no sólo han tocado el ámbito de la Justicia. La salida de Josep Borrell del Gobierno era una de las demandas más conocidas de los partidos separatistas
Otra víctima de la dependencia de Sánchez del separatismo ha sido Irene Lozano. El independentismo catalán no le ha perdonado su papel en España Global tras la moción de censura. Lozano fue cesada y recolocada como secretaria de Estado para el Deporte.
Otra de las purgas más sonadas del nuevo Ejecutivo ha sido la del periodista Fernando Garea como director de la Agencia EFE. El Gobierno todavía no ha explicado los motivos del cese fulminante de Garea, que llevaba menos de dos años.