Pedro Sánchez está dispuesto a verse con el presidente de la Generalitat, Quim Torra, antes del verano, para dar pasos, dentro de la Constitución, que faciliten la normalización de relaciones entre el Gobierno central y la administración catalana, admiten fuentes gubernamentales.
Una vez levantada la intervención al amparo del artículo 115 de la Carta Magna, el nuevo jefe de Gobierno quiere marcar una impronta propia a esas relaciones alejándose del "inmovilismo" del que acusó a su antecesor, Mariano Rajoy, porque entiende que es la única salida a la tensión territorial que vive España con el conflicto soberanista. Y va a aprovechar que Torra viene insistiendo durante los últimos días en que es "urgente" tener ese encuentro con Sánchez para que éste le explique qué planes tiene para Cataluña.
La única línea roja que pone el líder independentista es que no se les exija la "rendición" como punto de partida, y lo primero que le va a pedirle Sánchez, según diversas fuentes, es un "desarme verbal"; que las palabras contribuyan a la distensión y no al revés. En este sentido, poco va a ayudar la querella contra Alfonso Guerra que ha anunciado Torra contra el ex dirigente del PSOE Alfonso Guerra por llamarle "nazi".
Torra recibe los gestos de distensión de Sánchez manteniendo la pancarta de libertad para los "presos políticos" en el balcón de la Generalitat y personándose en los recursos al TC contra el 155
Será una estrategia "de Estado" la del nuevo Gobierno socialista, que implicará no solo al Ministerio de Política Territorial y Función Pública, cuya titular, Meritxell Batet, se fijó este jueves en su toma de posesión recuperar el diálogo con Cataluña y lograr que los españoles "vivan la diversidad" territorial "como una riqueza y un tesoro", no como una amenaza a la integridad de España.
Para Batet, que en su discurso pronunció unas palabras en catalán dirigiéndose a su madre y a sus hijas, la política territorial es "hablar de personas, de respeto y de convivencia" y, por eso, considera que una de las mayores responsabilidades de los poderes públicos es "garantizar esa convivencia y potenciarla en la medida de lo posible".
El problema es que Quim Torra no parece bajar la guardia, como lo demuestra el hecho de que la consejera de Presidencia, Elsa Artadi, ha anunciado que el Govern se personará ante el Tribunal Constitucional (TC) en los recursos presentados por el Parlament y por Podemos contra la aplicación del artículo 155 de la Constitución y presentará alegaciones por leyes catalanas que están suspendidas. Además, el balcón de la Generalitat seguirá luciendo una pancarta en recuerdo a los "presos políticos".