La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, ha cerrado la puerta este miércoles al diálogo planteado por el jefe del Generalitat, Carles Puigemont, en su dicurso de ayer en el Parlamento, donde suspendió los efectos de una declaración unilateral de independencia (DUI) proclamada ocho segundo antes a fin de explorar una negociación con el Ejecutivo central. Un cauce que el Govern quiere establecer a instancia de una mediación que sea reconocida internacionalmente. Puigdemont realizó una DUI en diferido después de que el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, le pidiera que no anunciara una "decisión que haga imposible el diálogo".
Pero la número dos del Gobierno de Mariano Rajoy lo ha dejado bien claro este miércoles en la sesión de control celebrada en el Congreso de los Diputados. "No caben mediaciones entre la democracia y la imposición, entre la ley y la desobediencia y sí en igualdad de condiciones en esta casa", ha subrayado Sáenz de Santamaría.
Así, la vicepresidenta ha enfatiza que es en el Congreso y en el marco constitucional "donde todo se puede debatir", pero siempre desde el respeto al ordenamiento jurídico y sin generar "incertidumbre, inestabilidad y miedo". "En su mano está volver a esta casa, a la senda del entendimiento de los españoles", ha dirigido Sáenz de Santamaría a Puigdemont.
A pregunta de la portavoz de Podemos, Irene Montero, sobre los motivos por los cuales el Gobierno rechaza sentarse a negociar con la Generalitat una mediación para solucionar la crisis catalana, la también ministra de Administraciones Territoriales ha insistido en que "España no necesita mediadores; los mediadores están sentados en todos estos escaños", ha recalcado.
Tras ello, Saénz de Santamaría ha pasado a la ofensiva para reprochar al partido de Pablo Iglesias su afán corrosivo" y su interés por "todo lo que sea desestabilizar las instituciones". De este modo, ha exigido a la bancada de Unidos Podemos que explique "qué es lo que ha pactado" con el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, a cambio de haberse convertido en los "defensores" y en la "coartada" -expresión que ya deslizó el líder del PSOE, Pedro Sanchez- de los "secesionistas" catalanes en el Congreso.
Santamaría aludía así implícitamente a la reunión secreta que mantuvieron el pasado 26 de agosto en Barcelona el vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras (ERC), el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, y el portavoz de En Comú en el Congreso, Xavier Domènech. El lugar del encuentro privado fue la casa del millonario y dueño de Mediapro Jaume Roures.
Además, la vicepresidenta ha recriminado a Montero que "siempre que hay un problema están en medio para agitarlo. Por eso no cabe que vengan a pedir mediadores", ha apostillado.