Antonio Silván (León, 1962), ocupó durante doce años la cartera de Fomento y Medio Ambiente en la Junta de Castilla y León. Antes de convertirse en alcalde de León, el presidente Juan Vicente Herrera le tuvo como uno de sus hombres fuertes. Le llegó a colocar como candidato a su sucesión al frente del PP regional después de que un positivo en un control de alcoholemia frustrase la carrera política de Rosa Valdeón.
Silván pugnó por hacerse con una de las baronías populares con más peso a nivel territorial, pero alcalde de Salamanca Alfonso Fernández Mañueco le ganó en el congreso regional y logró convertirse en el cuarto presidente del PP autonómico tras José María Aznar (1985-1991), Juan José Lucas (1991-2002) y Herrera (2002-2017).
Ahora, la figura de Silván, conocido por su habitual sonrisa, se ha visto seriamente comprometida por el caso Enredadera. Las conversaciones grabadas por la Policía Nacional y que obran en el sumario de la trama de presuntos amaños de contratos han puesto al descubierto la relación del primer edil leonés con el poderoso constructor José Luis Ulibarri, en prisión preventiva desde julio e imputado también en la trama Gürtel.
Silván llegó a retransmitirle en directo el desarrollo de una mesa de contratación. Tras un pleno extraordinario en el que el exconsejero echó balones fuera, la oposición pretende impulsar una moción de censura que no prosperará sin el apoyo de Ciudadanos. El partido de Albert Rivera se conformó con el cese del único concejal imputado hasta ahora y con la formación de una comisión de investigación para esclarecer el contenido de las conversaciones. Tanto socialistas como Podemos y el resto de grupos de la oposición tildan la comisión de "paripé" y "teatrillo" y estudian no participar.
La crisis abierta en pleno mes de agosto tras estas revelaciones traspasa las fronteras de Castilla y León y llega hasta la sede de los populares en la madrileña calle de Génova 13. El nuevo presidente del PP, el palentino Pablo Casado, incorporó a Silván a la Comisión Ejecutiva Nacional tras su triunfo en el congreso de los populares tras la salida de Mariano Rajoy.
Hasta el momento, el escándalo se queda en una cuestión de formas y ética. El alcalde leonés defiende a capa y espada que no cometió ninguna irregularidad. A la dirección nacional le valen sus explicaciones. Pero si finalmente es imputado, las cosas se pondrán muy cuesta arriba a las puertas del próximo ciclo electoral que llegará en mayo de 2019 a nivel municipal y autonómico. Silván mantiene su condición de aforado, dado que es procurador en las Cortes regionales. Y Ciudadanos ya ha avisado de que retirará su apoyo si es llamado por los tribunales.