Soraya Sáenz de Santamaría planea desplegar una mayor actividad por toda España para compensar el desgaste de la ‘operación Cataluña’ también conocida como ‘Operación Soraya’. La vicepresidenta del Gobierno ha viajado ya cuatro veces a Barcelona desde que Mariano Rajoy le puso al frente de este desafío, que pretende un mayor acercamiento a la sociedad catalana e impedir la celebración del referéndum independentista previsto para septiembre.
Desde el 4 de noviembre, Santamaría no es sólo vicepresidenta del Gobierno, sino también ministra de Administraciones Territoriales, una especie de puente de Moncloa con los distintos gobiernos regionales. Rajoy creó esta cartera para que Santamaría se centrara con prioridad absoluta en el frente catalán’, aunque algunos barones autonómicos han hecho llegar sus reclamos una relación más intensa con Madrid y han pedido mayor presencia de la vicepresidenta en su zona. “No es solo ministra para Cataluña, se supone que también tiene que atendernos a los demás”, comentaba un dirigente regional, quejoso con la escasa atención que se les ha venido dispensando desde el Ejecutivo.
La vicepresidenta ya se ha desplazado al País Vasco, Baleares y Canarias. En las islas mantuvo un encuentro con el presidente chino, de visita en España. Esta semana aterrizó en Cantabria, acompañada del ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, para entrevistarse con el presidente de la Comunidad, Miguel Ángel Revilla. La ampliación de la A-8 en dirección Vizcaya, fue la excusa del desplazamiento.Este fin de semana navideño acude a su tierra, Valladolid, donde se entrevista con el presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, uno de los pocos jefes de Gobierno autonómicos que aún conserva el PP.
La idea del equipo de Santamaría es compensar el desgaste que acarrea la ‘Operación Cataluña’ con una mayor insistencia en este tipo de visitas a otras regiones, en solitario o en compañía de algún ministro, de acuerdo con fuentes de Vicepresidencia. Se trata de visitas breves, con limitada repercusión mediática, pero de enorme efecto en la zona, como se comprobó tanto en Santander como en Palma.
Encuentro en Moncloa
Después de un debut intenso y algo ruidoso, con dispares efectos políticos, la denominada ‘operación Cataluña’ atraviesa un ‘impasse’sobrevenido por el ulso inerno que libran las fuerzas secesionistas . Hay varios encuentros pendientes entre las dos partes, como el de la propia vicepresidenta con Oriol Junqueras, líder de ERC y ‘número dos’ del Gobierno catalán, y la visita de Carles Puigdemont a Moncloa para verse con Rajoy, con quien ha hablado telefónicamente en alguna ocasión. Tamien figura en la agenda de la vicepresidenta un cara a cara conla alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, gran vencedora en la 'cumbre' independentista celebrada en el Parlamento autonómico en vísperas de Nochebuena.
Asímismo se está a la espera de la celebración de la Conferencia de Presidentes, a mediados de enero en Madrid, a la que el titular de la Generalitat no tiene pensado asistir. La vicepresidenta también tendrá que esperar a que la Generalitat resuelva el trámite parlamentario de la aprobación de los presupuestos, pendiente de los antojos y exigencias de la CUP. Será en marzo cuando la ofensiva catalana de Sáenz de Santamaría debería cobrar mayor relieve. Las gestiones discretas van a proseguir su ritmo, tanto desde la delegación de Gobierno en Barcelona, donde opera hábilmente Enric Millo, el ‘embajador plenipotenciario’ de la vicepresidenta, como en otros ámbitos sociales. Oriol Junqueras asumirá el papel de interlocutor más frecuente de la vicepresidenta.