El PSOE se ha instalado en el dilema de permitir que la derogación de la prisión permanente revisable siga adelante en el Congreso este jueves -con el brutal asesinato del niño almeriense Gabriel Cruz todavía en la retina de los españoles- o desdecirse por la presión social e incomodar con ello a su votante más a la izquierda; un escenario que inquieta a quienes se van a tener que enfrentar a las urnas, en mayo de 2019: los presidentes regionales socialistas, admiten a Vozpópuli diversas fuentes de ese partido.
Haga lo que haga Pedro Sánchez en el debate de enmiendas a la totalidad de PP y Ciudadanos contra la proposición no de ley del PNV, éste amenaza con borrar su "éxito" a propósito de la revalorización de las pensiones y políticas de igualdad, que ha descolocado al PP hasta el punto de obligar a Mariano Rajoy a convocar este miércoles un pleno monográfico sobre jubilación para no acudir a rastras obligado por la oposición.
Populares y naranjas lo saben, y por eso están dirigiendo hacia el PSOE toda la presión, incluida la de los padres de víctimas como Diana Quer o Marta del Castillo, además de ese 80% de la ciudadanía favorable al endurecimiento penal, según diversas encuestas. Este panorama está haciendo mella en un partido al que los sondeos colocan ya como tercera fuerza, hasta el punto de que la portavoz del Grupo Socialista, Margarita Robles, se fue este martes a Onda Cero a reconocer que "no es aceptable que llevemos al debate político este tema en este momento" por la carrera populista en la que se han embarcado PP y Cs.
Robles se queja de que el PP haya roto el "acuerdo tácito" con el PSOE para posponer cualquier debate sobre la prisión permanente revisable hasta que el Constitucional falle sobre su recurso
La dirigente socialista explicó que había un "acuerdo tácito" PP/PSOE para no tocar este tema hasta que el Tribunal Constitucional (TC) dictamine sobre el recurso que presentó el Grupo Socialista contra la prisión permanente revisable -a fin de no legislar contradiciendo al alto tribunal-, pero el "oportunismo" de la derecha con el endurecimiento penal al calor del caso Diana Quer y ahora del caso Gabriel lo ha hecho saltar por los aires.
Margarita Robles cree que el PNV que bien podría "retirar del orden del día" la proposición de Ley de derogación, o bien el Grupo Popular y el de Ciudadanos retirar sus enmiendas a la totalidad para que decaiga el debate del jueves y se haga cuando haya dictaminado el TC, según ha desvelado el portavoz del Grupo Popular, Rafael Hernando, que le pidió oficiosamente la propia Robles.
Lo curioso es que la portavoz del Grupo Socialista no haya instado oficialmente en la Junta de Portavoces del Congreso a que se cambie el orden del día -según algunas fuentes "porque ya es tarde"-, pero sus movimientos in extremis 48 horas antes revelan el nerviosismo que anida en el PSOE, compartido por igual en Ferraz y en las federaciones.
Ahora que habíamos logrado sacar cabeza con el tema de las pensiones viene esto", se queja un barón territorial que prefiere aplazar un debate que al PSOE le puede hacer mucho daño
"Ahora que habíamos conseguido sacar cabeza con las pensiones viene esto", señalaba este martes a Vozpópuli un barón territorial. Otro prefería escudarse en el silencio con un significativo "no comment". Todos han hecho llegar a Sánchez un mensaje de "prudencia" con ese tema porque entre quienes quieren la prisión permanente revisable también hay votantes socialistas. "Menos votantes que del PP y de Ciudadanos, pero los hay", añade una de las fuentes.
El problema de los socialistas es que no acaban de remontar en las encuestas. Menos alguno suelto, todos los sondeos ya dan a la formación de Albert Rivera como primera fuerza, seguida del PSOE; y los barones, al margen de lo que diga la propia Ejecutiva Federal, tampoco quieren atacar de forma desaforada al partido naranja porque presidentes autonómicos como la andaluza, Susana Díaz; el extremeño, Guillermo Fernández Vara, y el aragonés Javier Lambán van a necesitar sus votos para revalidar el cargo en 2019.