La presidenta del Congreso, Ana Pastor, ha echado este martes una nueva reprimenda a los diputados por su comportamiento durante los plenos y les ha advertido de que "esto no es el club de la comedia". Y es que Pastor ya reprendió en varias ocasiones la semana pasada a sus señorías por interrumpir continuamente el debate de las enmiendas a la totalidad de los presupuestos.
En esta ocasión, la llamada de atención se ha debido a un cruce de reproches entre los diputados de Compormís Joan Baldoví y de Ciudadanos Toni Cantó, ambos valencianos. Baldoví ha pedido la palabra por alusiones al considerar que Cantó les había ofendido durante el debate de una moción sobre las importaciones de cítricos de África del Sur en detrimento del sector valenciano.
Cantó ha defendido la posición de su grupo con dos naranjas sobre el estrado, una valenciana y otra sudafricana, y casi al final de su intervención ha sacado del bolsillo del pantalón una castaña. Ha querido así simbolizar el trabajo de Compromís en la Comunidad Valenciana: "una castaña", ha dicho, para recriminarles que no hayan hecho nada en favor de la agricultura en la región.
El diputado de Compromís ha pedido a Cantó que retirara sus palabras, a lo que el de Ciudadanos se ha negado y se ha reafirmado llamándoles "castaña". "No saben lo mal que me lo hacen pasar", ha advertido la presidenta del Congreso, que ha pedido a los diputados moderación.
En el Senado, más de lo mismo
Y si en el Congreso ha sido Ana Pastor, en el Senado le ha tocado el turno Pío García-Escudero, presidente de la Cámara Alta. El popular ha reprochado la actitud de los senadores de su partido cuando Pedro Sánchez ha dado por finalizada su última intervención. Los miembros del PP, en mayoría absoluta en esa cámara, han despedido al presidente diciéndole adiós con la mano y entre gritos y abucheos.
Ante el jolgorio montado en las filas del PP por su marcha, García-Escudero les ha recordado que seguían estando en el Parlamento, aunque comprendía que la convocatoria de elecciones "anima el cotarro".