Quim Torra ha aceptado finalmente la celebración de la Junta de Seguridad con el Gobierno central, tras un severo pulso con el departamento de Interior. Un intenso intercambio de misivas y mensajes entre la Generalitat y el ministerio hacía peligrar este encuentro, propuesto por Fernando Grande-Marlaska, ante el aumento de la crispación sobre los lazos amarillos. Éste era un asunto vedado por parte del 'Govern', según había subrayado este martes su portavoz, Elsa Artadi. "La seguridad es competencia estatal", sentenció Marlaska ante los exigentes planteamientos de los nacionalistas.
La confirmación del encuentro para el próximo día 6 evidencia que, finalmente, el asunto se pondrá sobre la mesa. Pese al mutismo hermético de la Generalitat, habrá lazos en la agenda. Así lo piensa el titular de Interior, quien señaló este miércoles en el Congreso que su intención es "hablar de todo" en esa reunión. "En un país democrático, dentro de las instituciones y con lealtad recíproca, se debe hablar de todo", añadió, porque es "es realmente dar satisfacción a las exigencias y a las necesidades de la sociedad".
Torra presidirá la parte catalana de la reunión, al igual que hizo en su momento Carles Puigdemont en la Junta celebrada semanas antes del referéndum del 1-O, con Juan Ignacio Zoido al otro lado de la mesa. El titular de la Generalitat pretende entregarle al ministro un informe sobre la presencia de miembros de los cuerpos de seguridad en algunos de los incidentes que se han registrado en diversas localidades catalanas en torno a la 'guerra de los lazos'.
Este es un asunto que obsesiona a los separatistas ya que, desde el primer momento intentan hacer pasar a los constitucionalistas como los culpables de la crispación que se vive en las calles y plazas. "A todos los que han diseñado una escalada de la confrontación les hemos de hacer frente", escribía en un tuit el expresidente fugitivo. En su misiva del pasado 22 de agosto, el presidente de la Generalitat informaba a Marlaska que miembros de los cuerpos y fuerzas aparecían envueltos en al menos tres incidentes callejeros registrados en los últimos días.
Torra exigió entonces conocer las medidas disciplinarias que se adoptarían contra ellos. Volverá ahora a insistir en esta cuestión, incluso le mencionará algún otro episodio en esta línea, según fuentes de su entorno. "Si Marlaska saca el tema, que lo sacará, no va a salirse de rositas, el presidente no se va a quedar callado", señalan en estos círculos.
¿Un mensaje incendiario?
La Junta tendrá lugar dos días después de que Torra haya pronunciado su muy jaleado discurso de apertura de la temporada en el que, supuestamente, desbrozará las líneas de su proyecto para este 'otoño caliente'. El 'president' se desplazó este lunes a Waterloo para repasar con su predecesor ese mensaje, que algunos anuncian ya como incendiario. "No será para tanto, su contenido tendrá un cariz más de movilización ideológica que de trinchera", mencionan en el entorno de Torra.
La actuación de los Mossos es uno de los aspectos más ríspidos de esta ofensiva de los secesionistas. El fiscal de Cataluña ha abierto una investigación sobre las operaciones que lleva a cabo la policía autonómica en su persecución de quienes limpian de lazos. Los separatistas ven la mano del Gobierno tras la iniciativa de la fiscalía de abrir una investigación sobre la persecución que lleva a cabo la policía autonómica a quienes retiran plásticos.
La 'guerra de los lazos' sube de tono. Albert Rivera e Inés Arrimadas encabezaron este miércoles la concentración en solidaridad con la mujer agredida en el parque de la Ciudadela cuando paseaba con sus dos hijos, que arrojaban plásticos amarillos a la papelera. El PP se ha sumado a la protesta en tanto que el PSC ha subrayado su rechazo con este tipo de iniciativas porque no colaboran "alimentan el conflicto". Pedro Sánchez tiene pendiente la devolución de la visita que Torra efectuó a la Moncloa en la que ambos apostaron por mantener abiertas líneas de diálogo.
Así lo expresó el presidente del Gobierno durante su actual viaje a Iberoamérica, al mencionar, en conversación informal con la prensa, se mostró convencido de que no los secesionistas no intentaran un nuevo golpe a las instituciones. Habrá ruido en la calle, griterío y revuelo, pero no se irá más allá, mencionó, según estas fuentes.