Esa máxima consistente en que en las elecciones "todos ganan" ha quedado pulverizada en los comicios al Parlamento andaluz. Si hay un gran triunfador en este 2-D, se llama Vox y se apellida Abascal.
La formación liderada por el expopular ha logrado por primera vez representación en una cámara legislativa y lo ha hecho pulverizando todas las encuestas, que apuntaban a la irrupción de Vox en el Parlamento andaluz con uno o quizá dos escaños, una pequeña toma de contacto con el mundo parlamentario que de repente se ha convertido en una presencia fundamental en Andalucía con la consecución de 12 diputados autonómicos.
Porque, de repente, una formación inexistente para muchos hace apenas unos meses, se ha convertido en el partido que tiene la llave para permitir por primera vez un gobierno de la derecha en una comunidad autónoma que respira PSOE desde hace más de 40 años.
Vox nació hace apenas un lustro. Y hasta hace no mucho se les conocía por acciones puntuales que iban desde el 'desembarco' algo freak de la bandera española en Gibraltar hasta su activismo antiindepe, con una frenética actividad en los tribunales contra los dirigentes catalanes que decidieron echar un pulso al Estado.
Y esta, sin duda, ha sido la gran baza de Vox. El propio Santiago Abascal no se ha cansado de agitar en la noche electoral su bandera contra los líderes del procés y aquellos que, en su opinión, les dan cobijo en la Moncloa. Un mensaje en clave nacional que va mucho más allá de Despeñaperros.
"Vamos a propiciar la Reconquista"
Son las palabras de Francisco Serrano, un completo desconocido hasta hace unos meses reconvertido en este 2-D en una suerte de Don Pelayo del sur por obra y gracia de unas propuestas, hay que reconocerlas, muy atrevidas para lo que se tercia en la política española. Donde unos ven atrevimiento, claro está, otros ven a la extrema derecha más rancia; y apelaciones a la Reconquista no ayudan a alejar esta imagen en un partido en el punto de mira por propuestas como la supresión de la ley de violencia de género o la expulsión de España de todos los inmigrantes ilegales.
También la supresión de unas autonomías de las que, por cierto, ahora pasarán a formar parte o las que siguen siendo sus medidas estrella, como acabar con el actual Estado autonómico, una política antiterrorista firme o la regeneración democrática.
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Vox ha logrado 382.076 votos, que le otorgan 12 diputados por todas las provincias. Son casi 365.000 votos más de los que logró en 2015, en las últimas elecciones al Parlamento de Andalucía, cuando su porcentaje se quedó en un 0,45 por ciento con 18.017 votos. De la irrelevancia a la llave de San Telmo. De tres alcaldías repartidas por toda España a ser el partido que puede posibilitar la salida del PSOE de la Junta de Andalucía.
La irrupción de Vox en el panorama político español tuvo su punto de inflexión el pasado 7 de octubre, cuando consiguió llenar el Palacio de Vistalegre de Madrid en un multitudinario acto al que asistieron más de 10.000 personas.
Esta noche electoral,el presidente de Vox, Santiago Abascal, ha recordado los inicios de su partido, desde sus primeros actos, hasta entrar hoy en el Parlamento de Andalucía con 12 escaños: "Algunos se reían pero nunca tiramos la toalla". De momento, su declaración de intenciones se aleja mucho de la corrección política que ataca a quienes entran en las instituciones. Abascal ha dicho a los militantes que van a "saber interpretar muy bien su mensaje y "no vamos a defraudar las expectativas".
En estado puro, Abascal se ha felicitado por haber "espantado de Andalucía al comunismo chavista que representan Pablo Iglesias y compañía".
