"No se ofrecen elementos o principios de prueba", "se exponen simples sospechas derivadas de mensajes de Twitter", "una serie de afirmaciones que tiene su origen en noticias periodísticas"... La formación de Santiago Abascal fracasa en su intento de llevar a los tribunales a sus adversarios políticos y acumula ya un cementerio de querellas contra Pablo Iglesias, Pedro Sánchez, Carles Puigdemont, Quim Torra y José Luis Rodríguez Zapatero. Los jueces rechazan, una y otra vez, los escritos de Vox al considerar que carecen de "sustento fáctico y jurídico".
El partido de ultraderecha parece no tomar nota de las lecciones que los magistrados imparten en cada uno de sus autos de inadmisión. De ahí que la respuesta de los tribunales haya ido in crescendo desde 2016, cuando se tumbó una de las primeras querellas interpuestas por la formación, aquella en la que se acusaba al líder de Podemos de un supuesto cobro procedente de Venezuela a través de un paraíso fiscal.
"Fuegos de artificio"
El 'tirón de orejas' más reciente lo da el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz, quien increpa a Vox por sus "meros fuegos de artificio destinados a adornar una querella ya de por si ayuna de todo sustento fáctico y jurídico". El magistrado critica a la formación por elevar a la categoría de hecho demostrado afirmaciones que carecen de todo sustento probatorio, "que es, en definitiva, lo que las partes deben aportar cuando quieren iniciar un procedimiento penal". Por ello, rechaza de plano la mera posibilidad teórica de que haya existido delito de colaboración con ETA por parte del expresidente Zapatero y desestima, a su vez, el resto de los delitos que se pretendían imputar.
A finales de junio Vox recibió otra negativa; en aquella ocasión fue en Valencia. La Audiencia Provincial respaldó la decisión del Juzgado de Instrucción número 17 de no admitir a trámite la querella contra el director general de Política Educativa de la Generalitat valenciana, Jaume Fullana Mestre.
La formación pretendía investigarle por suprimir la enseñanza en castellano en la educación infantil de los colegios públicos, pero la Justicia desestimó que se hubiese cometido un delito de prevaricación. Según el auto, la juez no aceptó la querella al no constatar "indicios sólidos, suficientes, racionales y consistentes de criminalidad en los hechos que se relatan en el escrito".
Noticias, tuits y ninguna prueba
El 'no' de Pedraz se suma también al auto de inadmisión de María Tardón, su homóloga en el Juzgado Central de Instrucción número 3, quien el pasado enero rechazó una querella que presentó Vox contra el expresident Carles Puigdemont, cuatro exconsejeros catalanes huidos y el abogado Gonzalo Boye. La iniciativa cayó en saco roto porque los hechos atribuidos no constituían delito alguno. A pesar de la posible apariencia delictiva inicial de los hechos que se imputaban en la querella, la juez estimó que no se disponía de "ningún elemento que avale racionalmente su verosimilitud".
La misma magistrada negó también la querella que el partido interpuso contra la juez belga responsable de tramitar la demanda civil presentada contra Pablo Llarena, instructor del caso del procés del Tribunal Supremo. En aquel auto, dedicó varias líneas para explicar a la formación de Santiago Abascal que se trataba de "actuaciones que solo pueden ser sustanciadas y sometidas a la actuación de los tribunales de Bélgica"; es decir, que la jurisdicción española no tiene competencia para entrar a examinar la actuación de una juez en Bélgica.
Incluso el Tribunal Supremo, ante el que logró ejercer la acción popular en la causa del procés, desestimó su querella contra el líder de la Generalitat, Quim Torra. La Sala de lo Penal fue tajante: "No se ofrecen elementos o principios de prueba que avalen razonablemente la comisión de un hecho delictivo de las características de la rebelión". Es decir, que el tuit del que se valió Vox para interponer la querella no era suficiente; que así no se puede acusar a alguien de un delito como el de rebelión.
Las acusaciones tampoco consiguieron el visto bueno del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, que meses antes tumbó otra querella contra Torra y al menos otros cuatro escritos vinculados al procés.
El Supremo también desestimó la querella interpuesta contra Pedro Sánchez por el supuesto plagio de su tesis doctoral, que incluía delitos de falsedad documental, prevaricación administrativa, cohecho, tráfico de influencias y contra la propiedad intelectual. En aquella ocasión, los jueces recriminaron a Vox el haber basado el escrito alegando informaciones periodísticas y sin ninguna base fáctica o jurídica.