El eurodiputado Esteban González Pons ha pasado de calificar a Vox de "extrema derecha" con cierta vehemencia a sortear las preguntas que le empujan a ubicar a los de Santiago Abascal en el arco parlamentario. Todo ello en menos de una semana. "Como presidente del comité organizador, eso no entra entre mis atribuciones", se limitó a responder este lunes.
El giro de Pons se produce a tan solo dos días para la constitución de las Cortes de Castilla y León. Recién aterrizado de Bruselas para "resetear" al PP, el actual presidente del comité organizador del congreso que encumbrará al gallego Alberto Núñez Feijóo a principios de abril en Sevilla parece templar gaitas con Vox en aras de allanar el camino a la investidura de Alfonso Fernández Mañueco. "Mañueco tiene las manos libres, es a él a quién han votado los castellanoleoneses", insisten en el partido.
A Feijóo le parece "sensato" que dejen gobernar a Mañueco por ser la lista más votada, pero no se moja sobre si debe o no pactar con Vox y responde a las presiones del PSOE para sacar a los de Abascal de la ecuación advirtiendo que el PP no aceptará "lecciones" por parte de los socialistas. Dice que resulta "irónico" que el PSOE les quiera "poner deberes" cuando es "incapaz de controlar a sus propios socios", en alusión a Podemos.
10-M: fecha clave en Castilla y León
El actual presidente en funciones de Castilla y León se encuentra en plenas negociaciones y ya dejó claro hace días que no era partidario de "etiquetar" a ninguno de sus interlocutores políticos: "A algunos les gusta poner etiquetas y a mí no, no me gusta etiquetar a los partidos y a las personas". Este 10 de marzo, casi un mes después de las elecciones, tendrá lugar la conformación de la nueva Cámara regional. Será entonces cuando se elija la Mesa de las Cortes -órgano rector del Legislativo- y la presidencia de la Cámara, un resultado que podría despejar dudas sobre los socios de investidura de Mañueco.
PP y PSOE ya han anunciado que presentarán candidato para presidir las Cortes, un paso que todavía no ha dado Vox. Todo dependerá de las negociaciones con Mañueco. Los de Abascal guardan silencio sobre el detalle de sus pretensiones, pero todo apunta a que la presidencia de la Cámara es una de ellas. ¿Estarían dispuestos a renunciar a la entrada en el Gobierno por la presidencia de la Cámara? Todo apunta a que no. Aunque Vox asegura que no tiene líneas rojas para negociar con Mañueco, Abascal tiene claro que no cejará en el empeño de irrumpir en el Ejecutivo.
Cabe recordar que la formación naranja obtuvo 12 escaños en 2019 y se hizo con la vicepresidencia de la Junta y cuatro consejerías, entre ellas, la de Sanidad
"Ni más ni menos" que lo conseguido por Ciudadanos en la anterior legislatura, repite el ya procurador de Vox en las Cortes de Castilla y León Juan García- Gallardo. Cabe recordar que la formación naranja obtuvo 12 escaños en 2019 y se hizo con la vicepresidencia de la Junta y cuatro consejerías, entre ellas, la de Sanidad. Ahora, Vox tiene 13 parlamentarios e insiste en que sus votantes "no son más que nadie, pero tampoco son menos".
La Mesa de las Cortes castellanoleonesas tiene seis puestos: uno para el presidente, dos para los vicepresidentes y tres para los secretarios. Todos se deciden por votación a través de una papeleta depositada en una urna. Para tener la mayoría en la Mesa, al PP le basta con el apoyo de Vox -con quien tendría que repartir los puestos, presidencia, vicepresidencia y dos secretarios- o con el de Soria ¡Ya! o UPL.
Por su parte, la plataforma Soria ¡Ya! mantiene que su opción es apoyar un gobierno en minoría de Mañueco, pero con Vox fuera de la fórmula. Si el PP no se garantiza el respaldo de tres procuradores más y el PSOE logra el apoyo de Unidas Podemos -ahora en el Grupo Mixto- y de Soria ¡Ya! o UPL, la Mesa de las Cortes quedaría en manos del PSOE, con la presidencia, una vicepresidencia y, al menos, un secretario.
En este contexto, García Gallardo se mostró dispuesto a seguir "con la mano tendida al PP" para afrontar esta negociación en los próximos días, aunque con la condición de sentarse "a negociarlo todo, no sólo el programa, también por supuesto la composición de la Mesa y de un eventual Gobierno". La decisión de Mañueco continúa siendo una incógnita, pero Génova y el binomio Casado-Egea que dificultaba los pactos con Vox están fuera de juego.
Feijóo rechaza las "lecciones" del PSOE
Con la llegada de Feijóo a la escena política nacional, Vox está a la expectativa, por lo que también ha optado por rebajar el tono. Hasta ahora insistía en vincularle al nacionalismo periférico. El dirigente Gallego tampoco habla de "extrema derecha" como sí hizo Pons hace una semana y como él mismo hizo durante la campaña electoral de los últimos comicios en Galicia. Ahora opta por llamarlos "populistas".
Feijóo ha admitido estos días que muchos votantes de ese partido apostaban antes por el PP y que se ha producido una fuga. "Yo no comparto el discurso de Vox porque no son lo mismo en ningún caso", ha proclamado, para subrayar que el PP "nunca" ha sido un partido "antiautonomista ni euroescéptico ni populista": "Mi partido es el PP y Vox no es el PP ni de ahora ni de antes ni nunca".
Sin embargo, el dirigente 'popular' gallego avisa al PSOE después de que Tudanca le emplazase a frenar un posible pacto con Vox. "No vamos a aceptar que el PSOE nos diga con quién podemos pactar", advirtió en Antena 3. "Nuestro proyecto no es pensar si podemos pactar con éste o con el otro; nuestro proyecto es ganar [...] Nuestro proyecto es ensanchar el PP: hay muchos votantes de Vox que han venido del PSOE, de Cs, del PP... el objetivo es recuperarlos. No vamos a aceptar que el PSOE nos diga con quién podemos pactar viendo exactamente con quién pactan ellos", zanjó.