España

La prensa afín a Rabat celebra como un gesto de "amistad" la visita de Sánchez a las 'puertas' del Sáhara

El presidente del Gobierno en funciones y su familia se desplaza al Norte del reino alauita para recorrer Tánger, Chauen y Tetuán, donde Mohamed VI tiene una residencia real

  • Pedro Sánchez, Begoña Gómez y sus hijas de vacaciones en Marrakech.

Para conocer la postura de Marruecos sobre asuntos extraoficiales basta con hacer un repaso de la prensa afín al aparato de poder alauita. Los digitales del vecino del Sur no dejan lugar a duda alguna: la visita privada del presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, y su familia a Marrakech y la posterior 'gira' por el norte del país es interpretada como un gesto de "amistad". Así se desprende de la crónica de Le360, un diario propiedad de Aziz Daki, cercano a Mounir Majidi, el secretario personal del rey marroquí. El líder socialista comenzó su viaje el 1 de agosto en la ciudad ubicada a las puertas del Sáhara y ha continuado hacia los enclaves de Tánger, Chauen y Tetuán, donde el rey Mohamed VI tiene una residencia real.

Fuentes diplomáticas consultadas por este diario no descartan la posibilidad de que Sánchez se vea con Mohamed VI después del plantón que le dio en febrero, cuando se ausentó de la cumbre bilateral entre ambos países por estar de vacaciones. Precisamente, el digital próximo a Rabat destaca la "audacia" del jefe del Gobierno español: "El simbolismo de la estancia de Pedro Sánchez en Marruecos es fuerte. [...] El 'gesto' marroquí es calculado. Su viaje a Marrakech pretende ser un mensaje de amistad. Pocas veces las relaciones entre Rabat y Madrid han sido tan sólidas y duraderas. En particular, gracias al apoyo irrenunciable del Estado español a la opción de autonomía bajo soberanía marroquí del Sáhara Occidental".

Y es que ese giro emprendido por Sánchez sobre el Sáhara sin consenso alguno ni en el Congreso de los Diputados ni en el seno del propio Gobierno de coalición con Podemos está detrás de todas las suspicacias que ha levantado su escapada "estrictamente privada", como la califican en Moncloa, a Marruecos. No obstante, nadie duda en el círculo de poder de Sánchez sobre la trascendencia política del viaje del presidente del Gobierno en funciones.

Fiesta en Rabat por el resultado del PSOE el 23-J

La prensa oficialista marroquí celebra que el PSOE tenga opciones de gobernar tras las elecciones generales del pasado 23 de julio, porque eso implica que su relación de poder sobre el Sáhara seguirá sin alteraciones. Precisamente, los diarios resaltan que las vacaciones de Sánchez en Marruecos se estén celebrando pocas semanas después de los comicios. Además, critican abiertamente el rechazo del PP, Vox y la "izquierda radical" de Sumar al alineamiento del Ejecutivo español con los postulados de Rabat sobre la excolonia española.

"El viaje es suficiente para que se desencadene un verdadero clamor contra [Pedro Sánchez], que ya es acusado por círculos populistas de toda laya en España de estar 'demasiado cerca' del Reino. El viaje está siendo candente y se están escudriñando las más mínimas acciones y gestos de Sánchez, cuya juventud, modernidad y 'actitud cool" le convierten en una auténtica estrella del rock del panorama político español. A riesgo de atraer muchos celos y otras marcas de animosidad. Sus detractores, en particular dentro del PP y del partido Vox, de extrema derecha y particularmente marroquífóbico, se han entregado a sus anchas al arder en llamas por la elección de Marruecos como lugar de vacaciones en medio de una batalla electoral", explica el digital afín al Palacio Real marroquí.

Según el digital Rue20, Sánchez se desplazó este jueves desde Marrakech al hotel The Mirage, en Tánger, cerca de la ruta de las Cuevas de Hércules, en el sitio de Ashkar. Se espera que el presidente pase dos días completos por el Norte de Marruecos y que después regrese a Madrid desde el aeropuerto de Tetuán. Cabe recordar que Moncloa aseguró que el viaje se estaba sufragando con el dinero personal del presidente y que viajó en un vuelo comercial.

Una de las estancias del Hotel The Mirage / THE MIRAGE WEB

Lo cierto es que las imágenes del presidente del Gobierno paseando por Marruecos tras su decisión unilateral de reconocer la soberanía alauita sobre el Sáhara han sentado muy mal a al oposición y a Podemos. Los aliados de Sánchez en Moncloa critican que el presidente se entregue a la "complacencia" con Rabat. Pero nada de eso parece hacer mella en las altas esferas diplomáticas socialistas. Un exalto cargo del Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero con una larga trayectoria diplomática zanja así el viaje de marras en conversación con Vozpópuli: "Creo, es mi opinión, que se está sacando totalmente de contexto un simple viaje de vacaciones à Marrakech".

Argelia, cabreada

En verdad, la relación del Gobierno español con Argelia sigue muy tensa desde que el 8 de julio del año pasado Argel rompió de manera unilateral el tratado de amistad con España tras el giro promarroquí de Madrid respecto al Sáhara Occidental. El Frente Polisario, aliado de Argelia, ha cargado duramente también contra Sánchez por un viaje que considera una muestra del "indiscutible apoyo" del presidente socialista a Marruecos, "un decadente régimen que vulnera de manera sistemática, diaria e impune los derechos humanos del pueblo del Sáhara Occidental", según se lee en un comunicado hecho público por su representante en España, Abdulah Arabi y citado por el diario Público.

Una tribuna en el medio argelino Echorouk escrita por Mohammed Meslem insinúa que la "subordinación" de Sánchez aMarruecos se debe a un posible chantaje personal: "Las características y el trasfondo de la subordinación del presidente del Gobierno español en funciones, Pedro Sánchez, al régimen marroquí comenzaron a desvelarse para españoles y argelinos cuando se produjo el cambio de postura española sobre la cuestión saharaui que provocó una ruptura diplomática sin precedentes con las autoridades argelinas. Y ahora parece que tiene más que ver con consideraciones personales que políticas".

Antes de las elecciones, y en plena campaña electoral, Sánchez desvinculó su cambio de posición sobre el Sáhara Occidental del robo de datos de su móvil. El jefe del Ejecutivo dijo que no tiene nada que ver su teléfono fuera infectado por el software espía Pegasus, usado por Rabat. Es más, desmintió que Marruecos tenga información sensible sobre él y aseguró que la oposición ha usado ese argumento para "inflar la burbuja del sanchismo".

Una frontera muy tensa

La frontera entre Marruecos y Argelia está cerrada. Ninguno de los dos países está dispuesto a relacionarse en pleno pulso por la hegemonía. Ambos miran con el colmillo goteante al Sáhara, un territorio rico en hidrocarburos, sulfato, hierro y con salida al Atlántico, zona rica de pesca. Precisamente esa salida al océano es interés primordial de Argel, comprimida entre el desierto y el Mediterráneo.

Pero pintan bastos para el gobierno de Abdelmadjid Tebboune, porque Marruecos ha logrado que las principales potencias occidentales reconozcan su propuesta de autonomía para el Sáhara como la más "seria y creíble" para resolver el conflicto entre el Frente Polisario, apoyado por Argel, y Rabat. El gran problema es que esa postura reconoce de facto la soberanía marroquí del Sáhara.

España ha dejado claro que le interesan más las relaciones con Marruecos que con Argelia. Las fuentes consultadas explican que nos unen muchos más lazos, económicos, políticos, de seguridad y defensa y territoriales con Rabat. 

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