Si Pedro Sánchez tuvo que estar más tiempo del requerido en la Subdelegación del Gobierno de Málaga por las protestas organizadas, hoy ha tenido que 'sufrir' de nuevo a los manifestantes, que se han plantado frente al Palacio de Ferias de la ciudad andaluza para protestar contra la amnistía, lugar donde se ha celebrado un congreso del Partido Socialista Europeo (PES) con el presidente en funciones a la cabeza.
Las personas reunidas para manifestarse han portado pancartas que decían 'Europa Stop The Amnesty' (Europa, detén la amnistía), 'Sánchez traidor' o 'España no se vende'. Además, los cientos de personas reunidas frente al palacio profirieron cánticos contra el presidente en funciones, Carles Puigdemont y el PSOE tras el acuerdo firmado entre Junts y PSOE.
Los manifestantes han estado presentes durante todo el congreso, a la espera de que Pedro Sánchez saliese del acto para increparle por sus pactos con el independentismo. Todo ello, con un despliegue de seguridad bastante fuerte, impropio de un mitin político: decenas de agentes de la UIP se han encargado de controlar que la manifestación discurriera sin disturbios.
Los manifestantes, además, se encargaron de colocar carteles en la autovía por la que Sánchez y otros representantes socialistas iban a pasar con el coche. Por ejemplo, sobre un puente colgaron una pancarta que también rezaba 'Europe stop de amnesty'.
La visita de Pedro Sánchez a Málaga se ha convertido en un auténtico infierno y la presión social sobre el presidente en funciones es máxima. En la noche del viernes, estuvo atrapado tres horas en la Subdelegación del Gobierno junto al canciller alemán, Olaf Scholz, por la presencia de manifestantes. Fue necesaria una escolta policial para que pudiese abandonar el edificio. De ahí que finalmente no acudiese a un acto de partido al que tenía previsto asistir. Según informó OkDiario, el miedo a los manifestantes también provocó que Sánchez cambiase de hotel.
zaragozanoo
El que siembra vientos recoge tempestades. Me temo que esto va a quedar así, pero de momento hay que salir a la calle y pronto se dejarán de hacer, pero la raíz está ahí y al final algo queda. Solo hay que tener paciencia y regar el árbol. Sánchez levanta odio allá por donde va, para un gobernante es lo peor que le puede pasar. Serán 4 años de infamias, pero nos harán más fuertes. Mientras tanto, Felipe a verlas venir.