El exjugador del FC Barcelona Dani Alves ha insistido ante la Audiencia de Barcelona en que mantuvo relaciones sexuales consentidas con la joven que le acusa de violarla en el baño de la discoteca Sutton de Barcelona, sin que ella le dijera en ningún momento que parara.
"En ningún momento me dijo nada. Estábamos disfrutando los dos. No me dijo en ningún momento que no quería", ha declarado. "No soy ese tipo de hombre, no soy violento", ha añadido.
Alves ha explicado la joven y él estuvieron hablando y bailando, y ha negado que notara que la denunciante y sus amigas estuvieran incómodas como declararon ellas mismas en el juicio.
"Empezamos a bailar un poco más pegados, la denunciante y yo, y estuvimos allí bailando durante un rato. Empezó a tocar mi espalda, había una atracción sexual allí y empecé a hablar con ella para irnos al baño, y ella me dijo que sí", ha declarado, y, al preguntársele si tuvo que insistir, Alves lo ha negado.
Él se dirigió primero al baño y se quedó "un rato esperando y pensaba que ella no iba a venir, que no quería", pero acabó en el baño con él y, según Alves, se besaron y ella le bajó los pantalones y mantuvieron relaciones sexuales, aunque ha negado que eyaculara dentro de ella.
Al ser preguntado por si ella le dijo en algún momento que quería salir del baño y él se lo impidió, como dijo la víctima durante su declaración, él ha contestado que "para nada, no estaba obligada a estar allí".
"En ningún momento me dijo nada, simplemente estábamos disfrutando los dos allí y ya está, nada más", ha explicado el futbolista, y ha relatado que, al salir del baño, él volvió a la mesa VIP y al cabo de unos minutos ella también salió.
Alves, para quien la Fiscalía pide nueve años de cárcel por un delito de agresión sexual, se ha negado a responder al ministerio público y a la acusación particular ejercida por la víctima y solo ha contestado a las preguntas de su defensa, en una comparecencia en la que ha acabado rompiendo a llorar.
Declaran las psicólogas: "Sabía lo que estaba sucediendo"
Dos psicólogas designadas por la defensa del futbolista para acreditar que la noche de Sutton iba ebrio han sostenido en la jornada del juicio de este miércoles que el futbolista tenía las capacidades cognitivas "levemente afectadas", pero "distinguía el bien y el mal y sabía lo que estaba sucediendo".
Las dos psicólogas han expuesto ante la Audiencia de Barcelona las conclusiones del informe pericial que les encargó la defensa para determinar si el futbolista estaba borracho la noche en que fue acusado de violación, con el análisis de los tiques de las consumiciones y de las imágenes grabadas por las cámaras de seguridad de la discoteca Sutton.
Según las peritos, de esos tiques de consumición, que la defensa les entregó el mes pasado, Alves tomó con sus tres amigos cinco botellas de vino y una de whisky, posteriormente un gin tonic él solo y, ya en Sutton, pudo beberse también seis copas de champán que aparecen en la grabación de las cámaras de seguridad.
Alves, con una intoxicación alcohólica pero consciente de sus actos
Estos datos, unidos a una de las imágenes grabadas en Sutton en las que el jugador "parece que se caiga", hacen pensar a las psicólogas que el futbolista podía estar sufriendo una "intoxicación alcohólica" que le provocaba una "afectación importante a sus capacidades volitivas".
Esta prueba pericial, con la que la defensa de Alves pretende acreditar que el futbolista iba ebrio para beneficiarse de una atenuante, se ha girado no obstante en su contra a preguntas de Ester García, la abogada de la acusación particular ejercida de la víctima, sobre el alcance de esa supuesta intoxicación alcohólica en la consciencia del procesado.
En ese sentido, las peritos han reconocido que el consumo de alcohol que se deduce de los tiques de consumición y de las imágenes de Sutton pudo afectar "levemente" las capacidades cognitivas del procesado, pero que "distinguía el bien y el mal, sabía lo que estaba sucediendo".
Por otra parte, las psicólogas, que han llevado a cabo un estudio de la personalidad del acusado a lo largo de varias entrevistas, han apuntado además que de su biografía, relaciones familiares y personales no se desprende ningún factor que apunte a una persona "con tendencia a la impulsividad y la agresividad".
"Es muy poco probable que una persona con su personalidad cometa una agresión sexual", han mantenido.
Urenga
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