Huir del calor al pueblo. Las ciudades se suelen quedar vacías en los meses de verano. Los ciudadanos aprovechan las vacaciones para disfrutar de un descanso fuera de las grandes urbes donde el calor afecta mucho más. En la época estival son muy frecuentes las olas de calor en las que nuestro cuerpo lo sufre de diferente manera. Los más mayores tienen más riesgo de sufrir golpes como consecuencia de las altas temperaturas. De hecho, en 2022, en la ola de calor que se produjo en julio, según el Centro Nacional de Epidemiología (CNE) se contabilizaron más de 500 personas que fallecieron por golpes de calor.
Uno de los destinos preferidos para escapar de los termómetros altos es la playa. Un lugar perfecto para poder refrescarse un poco en los días más calurosos. Y es que las actividades acuáticas se convierten en el mejor ocio para sobrellevar estos efectos. Hay otros que prefieren seguir con el turismo rural y escapar a un pueblo en el que el calor sea más llevadero. Y es que dicen que en los municipios siempre se está mucho mejor que en la ciudad, especialmente por la noche donde se puede dormir mejor porque refresca.
No en todos los pueblos tenemos playa, por lo que la piscina es la mejor amiga que se puede tener en verano. El gran problema de las piscinas es que se suelen llenar de gente. Esto hace que no se pueda disfrutar del todo de la experiencia. Otros prefieren acudir a lugares en los que poder bañarse entre la naturaleza: ríos, pantanos o piscinas naturales. En nuestro país existe un pueblo en el que puedes encontrar una buena cantidad de piscinas naturales para refrescarte.
Beceite, el pueblo de las piscinas naturales
El pueblo de Beceite es un lugar en el que la naturaleza toma el protagonismo. Este municipio de Teruel ofrece diferentes opciones para huir del calor. Situado en la comarca de Matarraña, en esta zona nacen tres ríos que son fundamentales para la zona. Esta rodeado de una cadena montañosa y atravesado por un río que va dejando una gran cantidad de cascadas y piscinas naturales en las que poder refrescarse.
En esta zona se encontraron una serie de yacimientos de los que se pudo extraer que Beceite estuvo poblado desde la Edad de Bronce. De hecho, en el pueblo todavía se conservan varios tramos de calzada de la época de los romanos. Concretamente, la que unía las localidades de Tortosa y Zaragoza (anteriormente conocidas como Dertosa y Caesaraugusta). El municipio está encauzada en un ubicación perfecta y sus aguas son muy cristalinas.
No hay que alejarse mucho del centro del pueblo para poder empezar a disfrutar de los paisajes verdes que ofrece este lugar. El río que atraviesa Beceite ofrece una gran cantidad de piscinas naturales en las que los turistas pueden darse un baño. Por ejemplo, en la Font de la Rabosa, es decir, en una serie de pozas que tienen muy poca profundidad y una serie de cascadas que se han creado gracias a la erosión del agua con las rocas. Además, si se sigue el curso del río en dirección al sur hay una piscina fluvial más amplia para poder bañarse.
A unos 20 minutos del pueblo se encuentra el Parrizal, ubicado en los Puertos de Beceite. Este enclave se puede recorrer en diferentes rutas que empiezan cerca del municipio y que trascurre de forma paralela al cauce del río. Por aquí también hay pequeñas pozas. Este camino finaliza en Los Estrechos. Aquí el agua del río entra entre unas paredes de unos 60 metros de altura.