El Partido Popular y Faes han culminado su divorcio después de 25 años de convivencia. Una nota emitida por la Fundación para los Análisis y los Estudios Sociales, que preside José María Aznar, anunciaba en la tarde del lunes que renuncia “a la subvenciones públicas” que hasta ahora venía percibiendo dada su vinculación al PP. Mariano Rajoy ha dicho basta y ha roto la relación. Faes era el penúltimo vínculo de Aznar con el partido que fundó hace casi tres décadas y del que todavía ejerce como presidente de Honor.
Una reunión extraordinaria del Patronato, en la que estaban presentes el propio Aznar y la secretaria general del partido, ponía punto final a las relaciones entre el PP y el que ha sido el ‘think tank’ del partido conservador durante años. Ruptura amigable tal y como se señala en un comunicado en el que se subraya que Faes reforma sus estatutos y dejará de estar vinculada al PP a partir del 1 de enero de 2017. Punto final.
Una ausencia en El Escorial
Una medida esperada desde hace tiempo. Este verano, el Campus Faes, el clásico curso estival de la Fundación, ya no contó entre sus ponentes con la tradicional presencia de Mariano Rajoy. La explicación oficial fue que el curso había pasado a formar parte de la oferta de la Universidad Complutense de Madrid en El Escorial. Fue la señal previa a la fractura. Faes y el PP mostraban públicamente sus diferencias en uno de los hitos más señalados del programa de la Fundación. Por el Campus han desfilado durante años pensadores, políticos, intelectuales de enorme nivel y, naturalmente, dirigentes del partido y miembro del Gobierno. Este verano, se modificó radicalmente el formato y el equipo del Gobierno desapareció prácticamente del programa. Fue la antesala de la ruptura.
Rajoy pretendía echar el cierre a la relación con FAES hace ya años. Aznar lo había convertido en un coto cerrado
Mariano Rajoy pretendía echar el cierre a la relación con FAES hace ya años. Aznar lo había convertido en un coto cerrado, en una plataforma muy personal desde donde, en ocasiones, se dirigían críticas a la propia acción del Gobierno. Las relaciones entre Aznar y su sucesor conocen un proceso de enorme deterioro desde hace ya tiempo. El escaso apoyo prestado desde el PP a su esposa, Ana Botella, con ocasión del terrible episodio del Madrid Arena, en el que fallecieron cinco jóvenes, provocó la ira del expresidente. La relaci´n entre ambos ya era tensa pero ese asunto les distanció aún más. En un par de ocasiones compareció Aznar en un plató televisivo para lanzar severos reproches a la labor de su sucesor al frente del Ejecutivo. Este pasado mes de abril se filtró que Aznar había sido multado por Hacienda debido a determinadas irregularidades fiscales. ¿Un castigo? ¿Una venganza? Montoro no supo explicarlo.
Tras el revés electoral del 20D, Aznar, en contra de la tradición, se presentó de improviso en la reunión del Comité Ejecutivo del PP, en la que se analizaba los malos resultados en las urnas. Aznar, a quien le colocaron en un esquinazo de la sala, urgió a la celebración de un congreso “abierto” y “cuanto antes”. Rajoy frunció el ceño, no le respondió. Tomó nota.
Una nueva Fundación
Desde los tiempos de Carlos Floriano como número tres del PP, en Génova se trabajaba la idea de montar una fundación, al margen de Faes, al objeto de preparar la inevitable fractura. El proyecto, pendiente de un nuevo impulso, se denominaría “Fundación Manuel Fraga”, en homenaje a quien fuera padre fundador del partido. Las enormes dificultades por las que atravesó luego la formación conservadora, con la lluvia de escándalos y el necesario soporte a un Gobierno atravesado por la crisis económica congeló este iniciativa, que Rajoy pretende poner de nuevo en marcha una vez celebrado el próximo congreso del PP. Esto ocurrirá una vez que se haya logrado formar gobierno.
