Horas agónicas para conseguir regresar a España. Esto fue lo que vivió Aminatu Haidar el pasado viernes justo antes de volar rumbo al Aaiún, sin saber si esa sería la última vez que pisaría suelo español. La activista compró un billete de avión unos días antes para cubrir el trayecto entre Gran Canaria y la principal saharaui. Un familiar agonizaba y tenía previsto realizar ese viaje, pese a que sus problemas para renovar su residencia en España podrían haber provocado que las autoridades españolas le impidieran tomar el avión de vuelta.
"Lo que sucedió resulta tan sorprendente que no puede obedecer a la casualidad", reconocen fuentes de su defensa. El avión tenía previsto despegar a las 20:00 horas, pero, esa misma tarde, Haidar fue reclamada por las autoridades españolas para informarle de que le habían renovado la autorización de residencia, que tenía caducada desde el 30 de enero de 2022.
El permiso esta vez no era de un año -prorrogable-, sino de dos. Tampoco se lo concedían por su precario estado de salud, como otras veces, sino "por circunstancias especiales". En la casilla donde se refleja su vigencia, aparece una fecha: el 29 de enero de 2024. Es decir, el próximo lunes. A partir de ahí, su letrada contará con tres meses de plazo para solicitar la renovación, que en este caso intentará que derive en la residencia permanente.
Personas cercanas a la activista no sólo expresan su incredulidad porque el permiso llegara tan sólo unas horas antes de la salida de su vuelo –la cual se demoró por problemas mecánicos-. Estos informantes también llaman la atención por la coincidencia de la circunstancia con la reunión bilateral que mantuvieron España y Marruecos el pasado día 19 en Rabat.
En concreto, fueron el ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, y su homólogo marroquí, Abdelouafi Laftit, quienes mantuvieron un encuentro para abordar asuntos relacionados con "la intensa cooperación" entre ambos países en materias de "migración y terrorismo". Era la decimotercera reunión en cinco años entre ambos dirigentes, coincidiendo con un día clave para la activista saharaui.
Desde la defensa de Haidar inciden en que el asunto de esta activista no es baladí para la monarquía de Mohamed VI. Así lo prueba, entre otras cosas, la actitud de la prensa marroquí cuando el pasado diciembre trascendió la noticia de que las autoridades españolas habían rechazado su permiso de residencia. En esas cabeceras periodísticas no sólo se señalaba a Haidar, sino también a personas relacionadas con el Frente Polisario y a su propia abogada, Fátima Mohamed Salem.
Haidar denuncia problemas en el pasado con su permiso de residencia
No es la primera vez que la abogada de la activista denuncia "irregularidades" en la tramitación de su permiso de residencia. En 2021, en plena pandemia, las autoridades españolas rechazaron la renovación de su permiso de residencia al considerar que su ausencia del territorio nacional era incompatible con la Ley de Extranjería.
Un portazo administrativo, después de más de una década prorrogando el mismo sin complicaciones, que llegó en un momento dulce para las relaciones entre el Gobierno de España y el Reino de Marruecos. Moncloa anunció nuevas vías de colaboración en políticas como la migratoria y un cambio de postura histórico respecto al conflicto del Sáhara. Finalmente, la representante legal de la saharaui recurrió la decisión y se procedió a la renovación del permiso de residencia.
Un año más tarde volverían las trabas administrativas. En 2022, tras cambiar su residencia a Madrid, la activista solicitó el traslado de su expediente a Madrid, mientras esperaba la aceptación del primer trámite. El cambio de comunidad fue considerado por la Administración española como una entrega fuera de plazo y se rechazó su renovación.
Hasta ahora Haidar ha estado luchando porque la Administración le concediera la prórroga de su permiso de residencia. El ministerio de Interior resuelve la renovación con carácter retroactivo, es decir, es como si no hubiera sucedido nada, de manera que continúa en el sistema legalmente y, por tanto, nunca habría estado de manera irregular en España a ojos de la Administración. Esta nueva condición, abre la puerta a que Haidar pueda conseguir un permiso de larga duración.
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