Juan Carlos I habría ocultado parte de su patrimonio en Suiza. Lo contaba Corinna zu Sayn-Wittgenstein en una reunión con el comisario José Manuel Villarejo en 2015, una conversación que fue grabada y este miércoles ha salido a la luz.
Según la empresaria alemana y amiga del rey emérito, la utilizó como testaferro para blanquear propiedades, pero también a su primo Álvaro de Orleans de Borbón, residente en Mónaco. "Ellos (el rey y su abogado suizo Dante Canonica) han puesto algunas cosas a nombre de su primo, que también vive en Mónaco. Ahora están tratando que yo pase estas cosas a Álvaro a través de Dante", dice.
Corinna explica que el rey emérito habría colocado parte de su patrimonio a nombre de ella "sin decírselo" y ahora la "están presionando" para que "se lo devuelva" y "le mande dinero", pero si lo hace es "blanqueo". La Audiencia Nacional decidirá en otoño si la investiga por este delito; pero ¿qué hay del rey?
"Inviolabilidad"
Ante tales acusaciones, la pregunta es si el rey puede ser juzgado por ese presunto delito. Juan Carlos I tiene privilegios por el hecho de haber sido monarca. La Constitución dice en su artículo 56.3, relativo a la Corona, que "la persona del rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad".
La inviolabilidad le atribuye un status especial de inmunidad y le sitúa al margen de la Justicia. Por otro lado, se le exime de toda responsabilidad. Sus actos siempre son refrendados por el Presidente del Gobierno, los ministros competentes o el presidente del Congreso.
Es por tanto una forma de delegación de la responsabilidad del Rey, y sus delitos, en otra persona; porque el delito sigue existiendo y no está amparado por la inviolabilidad. No obstante, hay fuentes que consideran que una vez el rey ha dejado de ejercer, bien porque abdica o bien porque se le inhabilita, se le anularían esos privilegios.