La salida de España del rey Juan Carlos I ha vuelto a poner de manifiesto diferencias sustanciales entre los socios que forman el Gobierno de coalición ante un asunto de Estado.
En contra del discurso de los dirigentes de Unidas Podemos, que cuestionan la continuidad de la monarquía, el presidente Pedro Sánchez ha respaldado este martes la decisión de la Casa Real de "distanciarse de las supuestas conductas cuestionables y reprobables de uno de sus miembros".
"La respuesta es la que corresponde a una democracia vigorosa", ha celebrado para después insistir en que el Gobierno que él preside considera "plenamente vigente" el pacto constitucional.
Las palabras del dirigente socialista llegan en el marco de una rueda de prensa un día después del anuncio de la Casa Real y tras un tenso Consejo de Ministros que ha durado tres horas y media.
Previamente, la ministra de Igualdad, Irene Montero, aseguraba en Cadena SER que desconocía si la Casa Real y la Moncloa habían negociado la salida del rey emérito.
"Puede ser que haya sido el PSOE", ha señalado, manifestando la ausencia de Podemos en esas conversaciones que han dado como resultado una decisión que "no la ha tomado" el Gobierno de coalición, sino unilateralmente los socialistas: "Desde luego no es una decisión que se haya tomado en el Gobierno, respeto las decisiones del PSOE pero no es una decisión que haya tomado el Gobierno de coalición".
Sánchez ha reconocido que los partidos que conforman la coalición tienen "dos culturas políticas distintas", pero que la "hoja de ruta se firma en el acuerdo de Gobierno". El presidente ha admitido conversaciones discretas y confidenciales con el jefe de Estado, pero ha eludido responder a las preguntas de los periodistas sobre si la salida de Juan Carlos I ha sido pactada con Moncloa.
"Lo importante es que Juan Carlos I ha manifestado que acatará las decisiones judiciales como cualquier otro español", ha insistido. Tampoco ha confirmado el paradero actual del rey emérito y ha asegurado que lo desconoce.
La decisión de la Casa Real
Durante los últimos meses, el Emérito ha sido el foco de múltiples acusaciones y escándalos vinculados con presuntos pagos de comisiones y ocultaciones de capital: desde el incidente con el elefante en la cacería de Botswana a los 65 millones de presuntas comisiones en la construcción del AVE a La Meca.
Según informó la Casa Real en un comunicado, el rey Juan Carlos I comunicó este lunes a Felipe VI su voluntad de marcharse de España a través de una carta: "Hace un año te expresé mi voluntad y deseo de dejar de desarrollar actividades institucionales. Ahora, guiado por el convencimiento de prestar el mejor servicio a los españoles, a sus instituciones y a ti como Rey, te comunico mi meditada decisión de trasladarme, en estos momentos, fuera de España".
El rey emérito subrayó que es una decisión que ha tomado "con profundo sentimiento pero con gran serenidad" y hace hincapié a Felipe VI que ha sido rey de España durante "casi cuarenta años y durante todos ellos siempre he querido lo mejor para España y para la Corona".
Rendición de cuentas de la legislatura
El presidente también ha aprovechado su última intervención pública antes de marcharse de vacaciones para valorar los siete meses de legislatura y el fin de curso político. Sánchez ha definido su Gobierno como "activo ejecutivo y resuelto". "Es un ejemplo de Gobierno abierto con una cultura de cogobernanza basada en los el principio de transparencia", ha celebrado.
Ha dividido su "rendición de cuentas" en tres apartados: las medidas ante la crisis sanitaria provocada por la pandemia, las medidas propias de los acuerdos de investidura y alguno de los puntos que pretenden abordar en los próximos meses.
El mandatario socialista ha defendido la declaración del estado de alarma y sus consiguientes prórrogas porque "nuestro objetivo era salvar vidas y salvaguardar la salud". Además, ha destacado que el diálogo de su Gobierno con las comunidades autónomas "no tiene precedentes".
Sánchez ha tachado de "histórico" el acuerdo alcanzado para crear un fondo de recuperación de 750.000 millones con el que relanzar las economías del bloque comunitario europeo, especialmente las de los países más golpeados por la pandemia de la Covid-19, como España e Italia.
También se ha referido al pacto aprobado por la FEMP que permite a los ayuntamientos usar su superávit para enfrentar la crisis.