El último año ha estado marcado por un choque político de dimensiones europeas entre Pedro Sánchez, presidente del Gobierno español, y Manfred Weber, líder del Partido Popular Europeo (PPE). La polémica ha alcanzado un nuevo nivel en los últimos días con la decisión del PPE de paralizar la candidatura de Teresa Ribera como vicepresidenta ejecutiva y comisaria de Competencia de la Comisión Europea. La oposición de Weber y el respaldo de Alberto Núñez Feijóo, presidente del Partido Popular (PP), han desatado una serie de reacciones que amenazan con fracturar la coalición centrista que gobierna en la Unión Europea.
Este conflicto no es nuevo ni superficial. En diciembre de 2022, Sánchez causó polémica en el Parlamento Europeo cuando, en un discurso ante la Eurocámara, hizo alusión al pasado nazi de Alemania para criticar los pactos del Partido Popular con Vox en España, insinuando una “repetición de errores históricos”. Weber, ofendido por la mención, respondió con dureza, reprochando a Sánchez su retórica y cuestionando su respeto por la democracia.
Desde entonces, la relación entre ambos líderes se ha deteriorado significativamente. Este conflicto ha marcado el desarrollo de la presidencia española en el Consejo de la Unión Europea y ha evidenciado un enfrentamiento de posturas ideológicas entre el PSOE, de Sánchez, y el PPE, liderado por Weber. El alemán, que aspira a convertirse en una figura determinante en las elecciones europeas de 2024, ha demostrado ser un apoyo invaluable para la estrategia del PP español de proyectar en Europa una oposición constante a Sánchez.
El rechazo a Ribera: un paso más en el enfrentamiento
El episodio reciente que ha desatado este conflicto ocurrió cuando el PPE, en acuerdo con Feijóo y bajo el liderazgo de Weber, decidió bloquear la candidatura de Teresa Ribera, actual ministra de Transición Ecológica, para la Comisión Europea. Según fuentes del Parlamento Europeo, la votación para aprobar su candidatura se ha paralizado “temporalmente”, alegando la necesidad de explicaciones de Ribera sobre su gestión de la crisis de la DANA en la Comunidad Valenciana y la suspensión de ciertas obras de drenaje en 2021.
La decisión del PPE no solo afecta a Ribera, sino que impacta en la formación de la Comisión Europea en su totalidad. En represalia, los socialistas europeos han vetado la candidatura de Raffaelle Fitto, el candidato a vicepresidente económico del ECR (Grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos) y miembro del partido de la italiana Giorgia Meloni. Esta paralización de los nombramientos, que afecta a seis aspirantes a vicepresidencias en el organismo, podría retrasar la conformación del ejecutivo comunitario “durante semanas”, y socava la base del histórico pacto entre socialistas, populares, liberales y el grupo de Meloni.
Estrategia del PP: un ‘supermartes’ para debilitar a Ribera
La candidatura de Ribera fue organizada estratégicamente para coincidir con un “supermartes” en la Eurocámara. Al ser la última en someterse a examen, Ribera ha quedado expuesta a un escrutinio político de alto voltaje. El objetivo del PP era claro: dificultar la aprobación de Ribera y debilitar la cartera que le entregaría Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea.
Esta estrategia se enmarca dentro de la llamada “Operación Derribo”, una táctica del PP español y el PPE para minar la influencia de Sánchez en la Comisión. Desde la campaña de las elecciones europeas del 9 de junio de 2024, el PP se ha mostrado inflexible en su negativa a Ribera, asegurando que la ministra no representa los intereses europeos y acusándola de “sectaria y dogmática”. La campaña en su contra pretende obligar a la ministra a enfrentarse a una segunda audiencia, y desgastar así su imagen antes de su posible nombramiento.
El bloqueo a Ribera ha generado también una brecha interna en el PPE, liderado por Weber pero influido por diversas sensibilidades dentro del propio grupo. Mientras que Weber mantiene sus “cuentas pendientes” con Von der Leyen, presidenta de la Comisión, algunos eurodiputados han mostrado reticencias a llevar la confrontación hasta el extremo de romper el pacto centrista que sostiene la gobernanza de la UE. Sin embargo, el PP de Feijóo, aliado clave de Weber, ha indicado estar “dispuesto a asumir las consecuencias” de esta confrontación, aunque ello implique una ruptura con los socialistas europeos y una potencial “mayoría alternativa” con la extrema derecha en el Parlamento Europeo.
De acuerdo con fuentes del PPE, la jugada de Weber y el PP podría culminar en un “acuerdo de última hora” que no excluya a Ribera de la Comisión, sino que obligue a un segundo examen para que su futuro en Bruselas quede debilitado. Esta táctica evitaría romper el pacto completamente, pero expondría a Ribera a una mayor vulnerabilidad política en los próximos meses.
La respuesta del PSOE: la internacionalización del conflicto
La respuesta de los socialistas europeos, encabezados por Iratxe García y respaldada por el PSOE, ha sido enérgica. Desde el grupo S&D (Alianza de Socialistas y Demócratas), los socialistas han señalado la creciente cercanía del PPE con grupos ultraconservadores y acusaron a Weber de “subordinar la política europea a sus intereses personales”. Además, Sánchez podría elevar el tono en las próximas semanas, aprovechando su liderazgo en la Internacional Socialista para posicionarse en defensa de una agenda progresista a nivel europeo.
El presidente español, que tiene el respaldo de gran parte de su partido y se ha consolidado como un hábil estratega en la política europea, podría incluso plantear una respuesta radical si la candidatura de Ribera no prospera. En caso de que los populares sigan bloqueando la candidatura socialista, el PSOE podría reconsiderar su participación en la coalición con el PPE y buscar alianzas alternativas dentro del Parlamento Europeo.
Este conflicto representa uno de los mayores desafíos para la estabilidad de la Comisión Europea. El acuerdo entre populares y socialistas ha sido el fundamento de la gobernanza de la UE, permitiendo una mayoría sólida en el Parlamento Europeo y la estabilidad del Colegio de Comisarios. Con la presidencia del Europarlamento a cargo de Roberta Metsola y una mayoría de comisarios afines al PPE, el poder de los populares en Europa se ha consolidado en los últimos años, en gran parte gracias al liderazgo de Weber.
No obstante, si el enfrentamiento con los socialistas se agudiza, Weber podría estar jugando con fuego. El apoyo de figuras como Giorgia Meloni y sus aliados en el ECR, aunque valioso para el PPE, podría no ser suficiente para reemplazar la histórica alianza con el grupo socialista, que, aunque debilitado, conserva una importante influencia en el Parlamento.
El futuro de Ribera y la gestión de la DANA
La última pieza de este rompecabezas europeo es la gestión de Ribera ante la crisis de la DANA en España. La ministra ha sido acusada de “desatender” sus responsabilidades al viajar a Bruselas en lugar de atender la situación en Valencia, lo que le ha valido duras críticas de la oposición y ha añadido presión a su candidatura en la Comisión. En su comparecencia ante el Congreso, Ribera deberá ofrecer explicaciones sobre la cancelación de obras de drenaje en 2021, que, según sus críticos, pudieron haber mitigado el impacto del desastre natural.
Para el PP, las decisiones de Ribera respecto a la DANA y su “visión sectaria” sobre la política climática son prueba de su inadecuación para un cargo de alto nivel en Bruselas. Sin embargo, si la ministra logra superar las críticas, la oposición del PP podría no bastar para impedir su designación.