La sanidad en España tiene un problema: no hay médicos suficientes. Esto es algo que está sucediendo en Madrid, pero también en otros puntos de nuestro país. Extremadura es uno de esos enclaves, donde el sindicato que protege a los doctores amenaza al gobierno regional, liderado por el socialista Guillermo Fernández Vara, con ir a la huelga.
La decisión se tomará este martes, fecha en las que el Sindicato Médico de Extremadura (SIMEX) ha organizado unas asambleas informativas. El objetivo del posible parón será presionar al presidente extremeño para que mejore las condiciones de los sanitarios. De hecho, sea cual sea la decisión final, ya se ha convocado una concentración frente a la Asamblea de Extremadura para este miércoles.
Desde el SIMEX reclaman 245 médicos para la región, 138 de ellos para atención primaria. Estas últimas son posiciones clave para una región como Extremadura, una de las regiones con una media de edad más alta, un dato que impacta de forma directa sobre el número de jubilaciones, que cada año son más. Desde el Gobierno, según apunta la oposición, no atajan el problema: "Vara afirma que como mucho, faltan 100 profesionales".
Además, los médicos denuncian la precariedad del sector: piden una equiparación salarial y más tiempo para atender a los pacientes. Según Elena Nevado, portavoz de sanidad del Partido Popular en Extremadura, los doctores solo pueden dedicar 10 minutos por paciente. "Hay que sumarle las visitas a las casas de los pacientes y las horas extra que nadie les paga ni reconoce", señala.
El problema de la falta de médicos es nacional, algo que Guillermo Fernández Vara quiere solucionar con una convocatoria de plazas MIR histórica: 310 vacantes, la mayor de toda la región. El problema es, según destacan desde la oposición, el poco atractivo de los hospitales extremeños: en la última convocatoria, el 41% de las plazas ofrecidas en atención primaria quedaron desiertas.
¿El motivo? Que los estudiantes quieren hacer su residencia en un hospital o centro médico de prestigio, algo que no encuentran en la región. De hecho, la situación es cada vez peor: según el Monitor de Reputación Sanitaria (MRS), los hospitales extremeños han bajado mucho su valoración. Algunos han bajado veinte puntos. Es el caso del hospital de Badajoz, valorado como el 58 mejor de España en 2021. Ahora, ocupa la posición 78. No es una excepción: el de Cáceres ha descendido del puesto 67 al 79, mientras que el complejo hospitalario de Mérida ha pasado del puesto 57 al 66. Tampoco ayuda la baja retribución de los MIR. Según el último estudio del Centro de Estudios del Sindicato Médico de Granada, hay diez comunidades autónomas que pagan más a sus residentes de primer año.
Desde el PP denuncian que la situación laboral es "extrema" y que este cúmulo de situaciones está provocando que distintos centros médicos "se estén levantando" para denunciar su situación. Señalan que la falta de personal en los hospitales se une a una carencia de ambulancias de soporte vital, lo que provoca que muchos extremeños no puedan ser atendidos a tiempo.
¿Será posible evitar la huelga?
Isabel Díaz Ayuso ha logrado calmar las aguas de la sanidad madrileña y llegar a un acuerdo con los sanitarios. Ahora, Fernández Vara se enfrenta a la misma tesitura. Por los motivos antes esgrimidos, desde la oposición ven complicado el acuerdo, ya que la sanidad extremeña tiene "un problemón" con la falta de "médicos en atención primaria, pero también de otros puestos importantes, como cirujanos intravasculares o traumatólogos". Es un "cóctel molotov a punto de estallar", señalan Elena Nevado.
Desde el Partido Popular se muestran descontentos con el trato de Vara, al que le ofrecieron un pacto por la sanidad que rechazó. "Vara despreció el acuerdo, la soberbia de su mayoría absoluta le impide sentarse con nosotros".
El problema, además, apunta a empeorar en los próximos años. SIMEX apunta que en la próxima década se jubilarán 600 médicos, lo que abrirá la brecha que ya existe entre altas y bajas contractuales. Elena Nevado se muestra indignada con la situación, que pese a ser extrema, no ha levantado ampollas entre los sindicatos. "UGT, Comisiones Obreras o la CNT no dicen nada de lo que está sucediendo", afirma. Un hecho opuesto al que se pudo ver en Madrid, donde CC.OO. salió a las calles a protestar.
