Simón Viñals, exconcejal del PP y médico contratado por el promotor del trágico festival del Madrid Arena durante la última noche de Halloween, está a punto de perder una de las pocas defensas que le quedan ante las voces que reclaman su imputación: el apoyo del Colegio de Médicos, que afirmó por escrito el pasado 14 de diciembre que Viñals, de 77 años, puede ejercer la profesión. Según ha sabido este medio, en el colegio se debate estos días su expulsión, lo que pone contra las cuerdas al antiguo edil, cuyo legado más importante es la creación del Samur, otro servicio muy cuestionado estos días.
Colegiado honorífico desde 2005, en el texto enviado por el colegio se decía que esa condición “lo habilita para el ejercicio profesional como médico”. Pero luego puntualizaba: “Cuestión distinta es su condición de Colegiado Honorífico, lo cual implica únicamente unas consecuencias internas, frente al Colegio de Médicos, pero no ante los ciudadanos y respecto a su ejercicio profesional”.
Fuentes de la cúpula de esta asociación gremial aseguran que ese escrito está a punto de ser revisado a instancias de la presidenta del colegio, Sonia López Arribas, firme partidaria de expulsar a Viñals, que montó un dispositivo sanitario con su hijo Carlos Viñals –funcionario del Ayuntamiento y también en la picota- el día del desgraciado evento. “El texto fue redactado por la asesoría jurídica, próxima a Viñals”, señala un cargo. De acuerdo con esta persona, los estatutos del Colegio de Médicos recogen que un miembro honorífico no puede ejercer de ninguna de las maneras.
Viñals, como poco, "engañó"
Oficialmente, el colegio reconoce que Viñals les ha, como poco, “engañado”: “Un colegiado honorífico no puede desarrollar la profesión porque así lo ha reconocido esa persona voluntariamente”, explica un portavoz. En el caso del exedil, este hecho implicaría el pago de las tasas que debe al Colegio desde hace ocho años, tiempo que Viñals lleva supuestamente retirado. El engaño puede ser la excusa para “regularizar” la situación de Viñals y, de paso, expulsarle.
La acusación ha solicitado al juez Eduardo López Palop que impute a Viñals, algo que puede ocurrir de perder el sostén del Ilustre Colegio. El exconcejal sostuvo poco después de la avalancha mortal: "Estuvimos reanimando a las chicas más de 30 minutos". Sin embargo, cada vez que ha brotado una declaración de amigos de las cinco víctimas y de testigos de la tragedia ha sido para constar la inoperancia de Viñals, así como la ausencia de medios: "Nos quedamos pasmados. Allí estaba el doctor Viñals, de brazos cruzados, en la enfermería, y dentro tres cuerpos en el suelo. No pegaba nada. Qué hacía allí un hombre tan mayor en un concierto así", dijo uno a 20 minutos. La instrucción judicial de López Palop está repleta de testimonios respaldando esta versión.