La organización del histórico narcotraficante gallego José Ramón Prado Bugallo, alias Sito Miñanco tenía topos en las fuerzas de seguridad del Estado que le avisaban de los movimientos de las autoridades que pudiesen afectar a su actividad delictiva por la que volvió a ser detenido este lunes en el marco de la operación Mito de la Policía Nacional.
Según informan a Vozpópuli fuentes de la investigación, Sito Miñanco y sus hombres tenían contactos con miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, que facilitarían información ante posibles actuaciones sobre su persona u organización. Esta es sólo una de las numerosas medidas de seguridad que adoptaba esta red dedicada a introducir droga en España procedente de Sudamérica y después blanquear sus beneficios a través de una trama de empresas, incluido el aparcamiento en el que disfrutaba de su tercer grado penitenciario o la compra de una casa en la localidad de Collado Villalba con dinero ilícito.
Contrataron los servicios de especialistas en telecomunicaciones que les instalaban dispositivos en la lanchas usadas para el transporte de la droga. En estos servicios la red invirtió cerca de 700.000 euros según las pesquisas policiales. También recurrían a sistemas de mensajería encriptada o a emplear alias para hablarse entre ellos. Así, algunos de los investigados como Luis Enrique García Arango era apodado el Viejo o Viejito o Andrés Puentes Saavedra era conocido entre ellos como Gordo, siempre según las mismas fuentes consultadas.
Este último, el Gordo, estuvo cuestionado por los jefes de la organización después de que la policías interviniese en el aeropuerto de Barajas 889.470 euros a cinco miembros del grupo justo antes de viajar desde España hasta Colombia. En una de las muchas grabaciones captadas en la investigación, la Policía llegó a la conclusión de que ese dinero era de la organización y que el encargado del su transporte era Andrés Puntes Saavedra. A pesar de la incautación, los responsables del grupo decidieron seguir confiando en él.
Otro de los métodos que la organización usaba para transportar la droga eran los coches con doble fondo en los que sólo entre los meses de noviembre de 2017 y el pasado mes de enero movieron al menos tres millones de euros en metálico procedente del narcotráfico. En concreto usaban generalmente un vehículo de la marca Saab 93.