España

El socialismo catalán prepara su divorcio del PSOE: “no seremos los títeres de Rajoy”

La decisión que finalmente adopte el PSOE ante la investidura de Mariano Rajoy tendrá consecuencias inmediatas en Cataluña, donde el PSC prepara su divorcio del partido al que sigue ligado desde el arranque de la Transición.

  • Miquel Iceta y Núria Parlon, en una reunión del PSC del pasado 6 de marzo

Es natural que el asturiano Javier Fernández, presidente de la gestora que pilotará el PSOE hasta el próximo Congreso, se ande con pies de plomo en los pasos que quiere dar para facilitar la investidura de Mariano Rajoy y evitar nuevas elecciones. La primera consecuencia que traería la abstención socialista en esta investidura es el divorcio del PSC de una organización a la que lleva vinculado desde el año 1978, una decisión que gestionará Nuria Parlón si el próximo sábado gana las primarias a Miquel Iceta. “No seremos los títeres de Rajoy”, advierte un miembro de la dirección del PSC próximo a Parlón.

En el PSC se identifica a Miquel Iceta como a un referente de "lo viejo"

Es fácil que la alcaldesa de Santa Coloma consiga esta victoria porque, según fuentes socialistas, Iceta ya se identifica en el PSC como un referente “de lo viejo”. De hecho, lleva mandando dos años en el partido, pero influyendo poderosamente en él cerca de 30, siendo protagonista y corresponsable, por tanto, de un declive permanente que ha llevado a esta organización a perder casi el 70% de su electorado desde que en 2003 se alió en un tripartito con Esquerra Republicana e Iniciativa.

En el PSC se tiene claro que Iceta ha querido presentar su posible relevo forzado al frente del partido como una vendetta por haber apoyado a Pedro Sánchez hasta su caída en desgracia. Lo hizo porque considera que fue quien mejor comprendió el problema catalán, pero no le valió para ganar adeptos ya que la entrada en escena de Nuria Parlón ha introducido en el socialismo catalán aire fresco y una apuesta clara por clarificar los criterios con los que el PSC aspira a gestionar la nueva etapa política, “previsiblemente cuatro años más de Rajoy”, y su relación con el PSOE.

Todos los cuadros dirigentes del PSC dan por hecho que si la gestora que preside Javier Fernández impone la abstención en la investidura, el divorcio de los socialistas catalanes del PSOE será un hecho casi automático que se confirmará en el congreso previsto para noviembre e, incluso, se anticipará en la misma votación cuando los 7 diputados de esta candidatura rompan la disciplina y voten en contra. A este hecho se le da una gran trascendencia en Ferraz puesto que a esta fractura interna se suma la marginación política que sufre el partido en Cataluña, Galicia y el País Vasco, las tres nacionalidades históricas en las que llegó a gobernar solo o en coalición para después sufrir una imparable sangría electoral de la que las ejecutivas regionales culpan a la dirección federal.

El problema todavía se le complica más al PSOE, recuerdan las fuentes, si se tiene en cuenta que este partido ha sido en los últimos años el que mayor énfasis ha puesto en la necesidad de reformar con urgencia la Constitución para adaptarla a la realidad de Cataluña. Con el PSC hundido en términos electorales y separado de un PSOE que amenaza ruina, es improbable que Mariano Rajoy se atreva a encarar el desafío soberanista en solitario mediante una reforma que ni siquiera se atrevió a promover cuando disfrutaba de la mayoría absoluta, refieren fuentes socialistas.

Autonomía total del PSOE

Este divorcio del socialismo “español”  que ya tiene en su agenda Nuria Parlón si es la ganadora de las primarias del sábado, se explica también por la necesidad de adoptar decisiones autónomas ante una fase de la política catalana marcada por dos caracteres importantes: el nacimiento del nuevo partido de izquierdas que ultima la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y la urgencia en definir un criterio claro sobre el proceso soberanista mediante una apuesta nítida, defendida por un amplio sector del PSC, para que España se convierta, reforma constitucional mediante, en una federación de naciones en la que a Cataluña se la reconozcan los derechos históricos, nada que ver con la tímida propuesta que hace tres años Alfredo Pérez Rubalcaba consiguió pactar con los barones del PSOE en la conocida como ‘declaración de Granada’.

En el socialismo catalán preocupa la competencia que puede hacerle el futuro partido de Colau

Además de Javier Fernández, sigue con especial atención los movimientos del PSC la presidenta andaluza Susana Díaz, aspirante a hacerse con las riendas del Partido Socialista en marzo del año que viene. Es la única que podría contribuir a frenar el divorcio ya que mantiene un contacto fluido con Nuria Parlón desde que ésta apoyó a Eduardo Madina frente a Pedro Sánchez en las primarias que hace dos años largos encumbraron a este último a la cima de Ferraz.

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