Se hacían llamar Grupo Victorioso o los Monoteístas Sinceros, formaron una estructura de hasta 26 miembros con cuatro cabecillas y presencia en un 65 por ciento de las cárceles españolas. Se comunicaban por cartas en las que incluían la bandera de Estado Islámico y hacían pintadas en las paredes con mensajes del grupo terrorista. Toda esta actividad dio sus frutos porque lograron captar a internos que ni siquiera cumplían penas por yihadismo. Uno de ellos, el único en libertad, pasó de preso común a manifestar su deseo de atentar contra intereses españoles.
Esta alerta la registró el departamento de Coordinación de Seguridad Penitenciaria dos semanas después de la excarcelación y posterior expulsión a marruecos de este investigado llamado Mohamed Kchirid. Según informó uno de los confidentes que los funcionarios tienen entre los presos, Kchirid comentó su “voluntad de cometer un atentado terrorista en Marruecos contra intereses españoles”. Según el documento de Prisiones con fecha del 19 de septiembre lo que dijo a sus compañeros de la cárcel de Puerto I (Cádiz) es que quería llevar a cabo una acción yihadista “sin descartar la embajada española”.
Esta organización conformó lo que los investigadores llaman un “frente de cárceles yihadista” y fue desarticulado en octubre en el marco de la operación Escribano. Vozpópuli ha tenido acceso al sumario de la causa que se investiga en la Audiencia Nacional a partir de los informes elaborados por la Guardia Civil. En uno de ellos, remitido al Juzgado apenas unas semanas antes de la operación, el Instituto Armado destaca el caso de Kchirid.
Mohamed Kchirid
Se trata de un marroquí de 45 años que terminó de cumplir su pena el pasado 3 de septiembre, apenas un mes antes de la operación de la Guardia Civil. Ese día fue expulsado a su país cumpliendo el protocolo habitual en estos casos en virtud de la Ley de Extranjería. Entró en prisión en 2003 para cumplir cuatro condenas que sumaban 15 años y dos meses de cárcel por delitos comunes como conducción bajo la influencia del alcohol, falsificación, robo con violencia… También fue detenido, aunque no condenado, por menudeo de drogas.
Durante su estancia en prisión, Kchirid coincidió con el argelino Mohamed Achraf, preso desde hace 14 años por tratar de atentar contra la Audiencia Nacional y considerado el cabecilla de este frente de cárceles yihadistas. Ambos intensificaron su relación en los últimos tres años, según la investigación de Prisiones y la Guardia Civil. Principalmente se comunicaban por cartas que, “tenían un elevado tono radical”.
En un informe remitido al Juzgado central de Instrucción número 1 de la Audiencia Nacional el 26 de septiembre en el que solicitan al juez Santiago Pedraz autorización para registrar diversas celdas en prisión, la Guardia Civil detalla que Kchirid había manifestado estos planes terroristas.
"Planificado en prisión"
Añade el Instituto Armado que, “antes de salir de prisión, envió una carta a Achraf, pidiéndole números de teléfono para seguir en contacto con él una vez fuera liberado', afirmando así mismo que "Marruecos ha cambiado y hay muchos proyectos".
“La radicalización yihadista de Mohamed Kchirid bajo la influencia de Mohamed Achraf, el interés del primero por seguir en contacto con el segundo y el que Achraf le haya facilitado la manera de materializar ese contacto a través de sus familiares hacen plausible que la amenaza vertida por Kchirid pudiera haber sido planificada por ambos durante su estancia en prisión”, zanja el informe.