El Tribunal Supremo ha confirmado la condena a dos años de cárcel a la exasesora de la Consejería madrileña de Educación María Teresa Feito por su participación en el denominado caso Máster, en el que resultó absuelta la expresidenta de la Comunidad de Madrid Cristina Cifuentes.
La Sala de lo Penal ha desestimado el recurso que interpuso Feito contra la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid que rebajó su condena inicial de tres a dos años de cárcel, y que confirmó la absolución de Cifuentes en esta causa, abierta en torno a la obtención de su máster en la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) de Madrid.
El Supremo sólo ha analizado el recurso de Feito, dado que la otra condenada, la profesora y directora nominal del máster Cecilia Rosado, no recurrió su condena a un año de prisión por un delito de falsedad en documento oficial, con la atenuante de confesión y colaboración con la justicia y de miedo insuperable.
No entra, por tanto, a evaluar la absolución de Cifuentes, confirmada ya por el TSJ el año pasado al considerar que la sentencia que la absolvió estaba suficientemente motivada.
Cristina Cifuentes se sentó en el banquillo acusada de inducir la falsificación del acta de su trabajo de fin de estudios, pero el tribunal finalmente estimó que no había quedado probado que "impulsara, sugiriera o presionara" para conseguirlo.
Cifuentes defendió su máster en 2012
En la sentencia conocida este viernes, el Supremo cree que se ha acreditado la responsabilidad de Feito al inducir a la secretaria del tribunal evaluador a confeccionar el acta que reflejase que Cristina Cifuentes defendió su trabajo de fin de máster el 2 de julio de 2012.
Tras salir a la luz las posibles irregularidades en la obtención del título, Feito se reunió en el despacho del rector junto a otras personas el 21 de marzo de 2018 y aquel día se la situó en el centro "como asesora del Gobierno de la Comunidad y con interés directo y especial en obtener un acta de la defensa del TFM en la que constara como fecha el día 2 de julio de 2012".
La Audiencia declaró asimismo probado que Feito contactó con la profesora Rosado de forma insistente, hasta en 15 ocasiones, diciéndola que aquello se debía resolver como fuera. Un "influjo psíquico" que Feito desplegó sobre Rosado de "forma eficaz", dice el tribunal, "logrando que ésta finalmente confeccionara el acta falsa".
La Sala considera la actuación de Rosado fue consecuencia de ese "influjo psíquico", de la "presión psicológica" que ejercieron sobre ella Feito y el catedrático Enrique Álvarez Conde, pieza clave en este caso y que falleció en 2019, lo que "constriñó su voluntad y determinó finalmente su actuación en el sentido en el que ambos pretendían".
Todo eso fue un "comportamiento suficiente para contribuir decisivamente a su voluntad de cometer la falsedad", razón por la cual la Audiencia la consideró "adecuadamente" inductora del delito por el que resultó condenada Rosado.