Un total de 318 personas migrantes murieron o desaparecieron en el mar mientras trataban de llegar a España en los primeros siete meses del año, una cifra que casi triplica a las 113 muertes registradas en el mismo periodo de 2017, según la agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
Entre enero y julio llegaron a España 27.600 inmigrantes -23.800 por mar y los 3.800 restantes, por tierra-, casi un 130 % más que los 12.100 que arribaron en los primeros siete meses del año anterior.
Son datos del informe "Travesías peligrosas", publicado hoy con motivo del tercer aniversario de la muerte del niño refugiado sitio Aylan Kurdi, en el que ACNUR analiza las llegadas de inmigrantes y refugiados a Europa por las tres vías marítimas principales: España, Grecia e Italia.
La ruta occidental a España ya es, debido a las llegadas de julio, el principal punto de acceso a Europa (en el mismo periodo, Grecia registró la entrada de 26.000 personas e Italia, 18.500).
ACNUR sostiene que no hay pruebas concluyentes de que el mayor número de personas que llegan por la vía de Marruecos hacia España sea el resultado de que ahora resulte más difícil cruzar el mar por Libia debido a la mayor vigilancia de este país africano -que ha influido en el descenso del 81 % de las llegadas a Italia-.
De las 27.600 personas migrantes que entraron en España entre enero y julio, 3.800 lo hicieron por tierra y los 23.800 restantes, por mar (434 a Canarias).
Guinea es el país de origen de 3.100 de esos inmigrantes; Marruecos, de 2.600; Mali, de 2.200; Costa de Marfil, de 1.200; y Siria, de 1.000.
En los siete primeros meses del año, 1.512 personas han perdido la vida al tratar de llegar a Europa en travesía marítima (1.095 en ruta hacia Italia, 318 hacia España y 99 hacia Grecia).
La agencia de la ONU alerta de que tantos migrantes han muerto en el mar porque se han entorpecido las labores humanitarias de búsqueda y rescate, así como la llegada a puertos seguros.
Tres años después de la muerte de Aylan, "cruzar el Mediterráneo se ha vuelto aún más letal", concluye ACNUR.