Estamos en temporada alta y la gran mayoría de hoteles de nuestro país se encuentran con el aforo completo. Es ahora cuando estos establecimientos tienen la mayor carga de trabajo del año, además de ampliar los esfuerzos para atraer a la mayor cantidad de clientes posibles. Es por eso, que este es el momento en el que las grandes cadenas realizan sus mejores ofertas y anuncios.
De entre todos los servicios que ofrecen los hoteles, hay uno que se ha hecho popular en los últimos años y que está entre los favoritos del público: el buffet libre. Esta modalidad se basa en ofertar un sinfín de alimentos en los mostradores y que el cliente puede coger de manera libre, eligiendo la cantidad que este considere satisfactoria. El consumidor paga por comer lo que quiera y las veces que quiera, ya que se puede repetir.
El buffet libre es algo que los hoteles han copiado de ciertos restaurantes que han decidido que este servicio forme parte de su carta. Sobre todo en el aspecto del desayuno, donde el objetivo que buscan las grandes cadenas hoteleras es ofrecer de manera correcta la primera gran comida del día para los clientes que deciden hospedarse durante sus vacaciones.
A continuación, te contamos los trucos que usan los hostales para sacar rédito y beneficiarse de este servicio.
Estos son los trucos de los hoteles para beneficiarse del buffet libre
Los clientes a veces tienen dudas de si merece la pena pagar más dinero de la cuenta por tener un buffet libre a la hora de alojarse en un hotel. Hay que añadir que esa indecisión también está en la dirección de las cadenas hoteleras, no mostrándose seguras de la rentabilidad de este servicio. Para ello, los alojamientos tienen trucos y técnicas que les permiten no perder dinero.
Uno de los trucos tiene que ver con la manera de consumir del cliente. El huésped tiende a 'cegarse' con lo que hay al principio y no mira más allá, provocando que se llene el estómago con los platos más baratos e ignore los más caros. Aprovechándose de la psicología del consumidor y sus ansias de comer, los hoteles pueden rentabilizar el buffet libre.
Otro aspecto en el que sale ganando la industria hostelera es en el ahorro de costes. Teniendo en cuenta que con este servicio son los clientes los que se sirven a ellos mismos la comida que quieren disfrutar, los alojamientos se ahorran tener que pagar en personal como camareros. La plantilla solo requeriría de cocineros que preparen y coloquen los platos en los escaparates de la barra.
También hay que tener en cuenta el tamaño de los cubiertos y de los utensilios con los se presenta y se come la comida. Los platos suelen ser más pequeños que los que puede utilizar cualquiera en su casa, generando la sensación de que se está consumiendo más cantidad de la que en realidad. Al huésped se le hace pensar que está llenando el plato antes de lo normal. Las cucharas que emplean los cocineros para servir son grandes cuando se preparan guisos, por ejemplo, mientras que las pinzas para entregar un filete son más pequeñas.
Los hoteles tienen claro que hay técnicas que les permite beneficiarse de los buffet libres, pero también tienen que saber que existe el riesgo de que no les salga rentable por diversos factores. Si se ofrece a las personas que se alojan la posibilidad de comer todo lo que quieran y las veces que les apetezca, los que apuestan por esta oferta son aquellas que valoran más la cantidad de comida que pueden comer que el precio que puedan pagar. Ese es su público objetivo y todo lo que sea salirse ahí puede cambiar los planes de esos hoteles.