Con la imagen de los sindicatos mayoritarios (Comisiones Obreras y UGT) en caída libre, fundamentalmente por los escándalos de corrupción que les han salpicado y por una incapacidad para movilizar a la clase trabajadora como antaño, desde la organización que dirige Ignacio Fernández Toxo creen que es el momento de pasar a la acción. Por ello, la cúpula de CCOO quiere celebrar un macro-acto de afiliados en los próximos meses para sacar músculo y reivindicar el “papel insustituible del movimiento sindical” frente a los recortes en derechos sociales. Si bien ésta es la versión oficial, voces internas reconocen que el acto permitirá al sindicato “marcar distancia con UGT” en relación a las “acusaciones de financiación irregular que se dirigen indiscriminadamente contra unos y otros, sin distinción”, lamentan.
La credibilidad del sindicato de Cándido Méndez anda por los suelos en estos momentos, sobre todo por las sospechas de fraude que ciernen sobre su federación andaluza. En CCOO son plenamente conscientes de ello. La oportunidad de pescar afiliados entre descontentos de UGT con la gestión del sindicato se presenta en bandeja a la organización de Fernández Toxo. Al mismo tiempo, por parte de CCOO ven necesario avanzar en un proceso de transparencia y recuperar la confianza de la ciudadanía.
En referencia al acto, según ha podido saber Vozpópuli, la dirección de CCOO baraja la convocatoria de un baño de multitudes para febrero o marzo, aunque la fecha está aún por cerrar. Fuentes autorizadas de la organización señalaron a este diario que “será en el Consejo Confederal previsto para finales de este mes cuando se someta a debate la celebración de este acto”. Las mismas fuentes admiten que esta idea ya planeó en el Consejo Confederal del pasado 17 de diciembre, pero se pospuso a la reunión de enero.
En su última reunión, dicho órgano, inmerso en un striptease contable sin precedente, ratificó la decisión de avanzar en la reestructuración organizativa y la fusión de federaciones para dotar al sindicato de estructuras más sólidas, económicamente saneadas y con mayor capacidad de intervención sindical.
Fuentes autorizadas admiten que la idea del gran acto ya planeó en el Consejo Confederal del pasado 17 de diciembre, pero se pospuso a la reunión de enero
En principio, las fuentes sindicales consultadas apuntan que el formato del que se partiría para la organización de este acto multitudinario sería similar al adoptado en septiembre de 2011, cuando 20.000 delegados (CCOO cuenta con más 117.000 por todo el país y con 1.139.591 sindicados) abarrotaron el Palacio de Vistalegre en Madrid. Entonces, con José Luis Rodríguez Zapatero en el ocaso de su mandato, Fernández Toxo recordó al Gobierno socialista que su “reforma laboral y la congelación y recorte de salarios no era el antídoto a los movimientos especulativos de los mercados financieros”.
Si bien, aquel macro-encuentro se desarrolló a pocos meses de los comicios generales del 20-N, el que CC OO tiene ahora en mente llegaría igualmente en la antesala de otra cita electoral: las europeas del 25 de mayo. El momento oportuno, según sostienen, para pedir un voto de castigo al Gobierno del PP.
En esa línea de ir abriendo puertas y ventanas para contrarrestar cualquier crítica de oscurantismo, el sindicato de Toxo acaba de publicar por primera vez sus cuentas, las relativas al ejercicio de 2012. CCOO cerró con un beneficio neto de 1,05 millones de euros, atribuido a la puesta en marcha de un “plan de optimización de recursos” aprobado por el Consejo Confederal a finales de noviembre de 2011.
Con este gesto, la central, que titula el informe “Un sindicato con las cuentas claras”, dice cumplir “con la responsabilidad contraída con la afiliación y la sociedad en general de gestionar los recursos de acuerdo con la mayor eficiencia, solidaridad y cooperación posibles”. Y añade: “Cualesquiera que sean los recursos administrados, y más allá de la coyuntura de cada momento, nadie con una mínima dosis de objetividad puede dudar de algunas de las señas de identidad histórica de CCOO, ampliamente contrastadas, como son la honradez y la transparencia”.
Más problemas para UGT-Andalucía
Mientras Comisiones Obreras camina hacia la nitidez, el panorama se complica para UGT, sobre todo en Andalucía. La llegada de la nueva secretaria general a la federación regional, Carmen Castilla, ha traído el anuncio de otro ERE (expediente de regulación de empleo) en el seno del sindicato. Este reajuste laboral sería el tercero que sufriría la organización andaluza (el primer ERTE afectó a 57 trabajadores y un segundo ERE a 159). En una entrevista a Canal Sur Radio, Castilla dijo este lunes que “con toda probabilidad” habrá más despidos en las filas del sindicato “porque la situación económica lo va a predeterminar”.