El conflicto surgido en torno a la familia Álvarez, fundador del gigante del sector servicios Eulen y propietaria de las bodegas Vega Sicilia, tuvo un claro componente económico que comenzó a manifestarse cuando David Álvarez y dos de sus hijos fueron destituidos por sorpresa de El Enebro, la instrumental familiar. Sus cinco hijos restantes tomaron el poder y la gestión de la compañía y sus primeras medidas consistieron en un notable incremento de sus sueldos como administradores de la compañía.
En concreto, los sueldos de los administradores de El Enebro pasaron de 162.000 euros en 2009 a 318.000 euros en 2010, cuando la administración de la sociedad ya dependía de los cinco hijos de David Álvarez que discrepaban de su gestión (en concreto, Emilio, Elvira, Juan Carlos, Marta y Pablo).
Pero no fue éste el único cambio que se introdujo en la gestión de El Enebro. Además, también desapareció el dividendo que la sociedad repartía a cuenta de Vega Sicilia, y que el año anterior se había elevado a 2,16 millones de euros.
Los nuevos gestores de El Enebro decidieron que la era del dividendo había llegado a su fin, al menos momentáneamente, una decisión que afectaba directamente a su padre y a los dos hermanos que también habían sido defenestrados de la gestión, ya que se mantenían como socios pero no obtenían ingresos por retribución al accionista (y, obviamente, tampoco como administradores porque ya no lo eran).
Gestión con resultados negativos
Sin embargo, no puede decirse que la gestión de El Enebro haya mejorado con el desalojo de David Álvarez como presidente y consejero de la sociedad. Con el cambio de riendas, el family office redujo un 56% sus resultados de explotación, que quedaron por debajo del millón de euros mientras que las cuentas arrojaron pérdidas próximas al medio millón de euros, frente a los beneficios que tradicionalmente había obtenido la instrumental.
Éste ha sido el panorama que se ha encontrado David Álvarez, que ha vuelto a tomar las riendas del grupo después de que el juez declarara nulos los acuerdos adoptados en El Enebro desde la junta de accionistas donde se escenificó su salida como presidente de la compañía y la de sus dos hijos fieles como consejeros de la compañía.
A comienzos de 2010, David Álvarez y dos de sus hijos, David y María José, fueron destituidos del consejo de administración de El Enebro en el transcurso de una junta extraordinaria de accionistas en la que no estuvieron presentes.
Después de meses de luchas judiciales, a mediados del pasado año los jueces dieron la razón al fundador de Vega Sicilia y declararon nulos los acuerdos adoptados a raíz de la mencionada reunión de socios. Difícil será, sin embargo, borrar las actuaciones realizadas por los gestores de El Enebro desde entonces.