La vicealcaldesa de Madrid y líder de Ciudadanos en la región, Begoña Villacís, ha subrayado este miércoles que los cargos no van a ser un problema de cara a la profunda refundación que va a llevar a cabo el partido tras la debacle electoral en Andalucía. Asimismo ha defendido un espacio propio para los liberales.
En declaraciones a 'RNE' recogidas por Europa Press, Villacís ha indicado que todos los cargos están a disposición del partido. El lunes tendrá lugar un Comité Ejecutivo y la próxima semana un Consejo General. "Eso no va a ser un problema", ha recalcado para señalar que la gente que finalmente se quede en Cs es "gente que genuinamente" cree en el proyecto. De igual forma, ha rechazado la purga que reclaman los críticos de Cs.
Aunque su nombre ha sonado como relevo de Inés Arrimadas al frente del partido, la vicealcaldesa madrileña ha destacado que la actual líder nacional del partido "tiene un altísimo sentido de responsabilidad y no afán para ocupar una silla". Ha recalcado esto último en numerosas ocasiones, "conociendo a Inés, la situación es absolutamente distinta a la de Casado".
En la misma línea, ha defendido un espacio propio para la formación liberal, rechazando las especulaciones sobre una hipotética integración en el PP. "Hay globos sonda en muchas ocasiones. No se trata de formar un partido", ha indicado para rechazar la refundación de Cs pase por sumar sus siglas a las del PP.
"Tiene que tener una necesidad; algo que lo justifique porque los liberales tenemos que tener un espacio"
La prioridad, en su opinión, no es tanto mirar a otros partidos si no a sí mismo y, hacer "un diagnóstico que tiene que ser crudo y hacer los cambios por drásticos o traumáticos que puedan ser". Con esto, Villacís rechaza quedarse en el "cascarón". "No vamos a ser una cascarón vacío, la fortaleza de Cs siempre ha estado en su ideología. Lo que a mí me sedujo, lo más potente, es que es un partido con capacidad de pactar y que defienda políticas económicas liberales y los derechos civiles y sociales", ha subrayado.
En resumen, ha hecho hincapié en que la refundación debe partir de un "debate ideológico", con un posible cambio de personas o de ideas, e incluso "simbólicamente" respecto al nombre. Pero ha insistido en que "lo de menos es el nombre y el color". "Ese no ha sido el debate no hemos perdido el tiempo hablando de nombres", ha zanjado.