El Fortuna puede considerarse un símbolo y su desguace daría mala imagen a la Casa Real y también al Gobierno balear. Esta es una de las razones por las que su actual propietario, la Fundación Turística y Cultural de las Islas Baleares (Fundatur), rechaza la posibilidad de su despiece y ya ha puesto toda la carne en el asador para acelerar su venta. En la negociación ha entrado un jeque árabe amigo de don Juan Carlos, cuya identidad prefiere mantenerse en el anonimato, así como un inversor chino y otro ruso. “La embarcación acabará por venderse aunque no por los 18 millones de euros que costó su construcción, ya que aquellos eran otros tiempos”, aseguran fuentes cercanas a la propiedad.
Los propietarios de la embarcación rechazan su despiece y han puesto toda la carne en el asador para acelerar su venta
Para acelerar la operación, a finales de marzo el Fortuna fue trasladado desde la base naval de Portopí al puerto deportivo de Adriano, junto al municipio mallorquín de Calviá, donde hace unos días recibió la visita de José Pizarro, presidente del grupo Parquigran y de la compañía aérea Hellit. Su oferta, desvelada por el diario Última Hora, también está siendo considerada dada la solvencia del empresario, con presencia no solo en España sino también en los Emiratos Árabes, Estados Unidos y México. “Estamos metidos en una especie de subasta y la embarcación se dejará en manos del mejor postor, pero nunca pensando en su desguace”, insiste una fuente cercana a la operación de venta.
La posibilidad de que el Fortuna fuera despiezado por falta de interesados en su compra fue recibida hace dos meses con preocupación en la Casa Real por la mala imagen que pudiera transmitir y enseguida fue desechada también por el Gobierno balear, aseguran medios políticos. Fue entonces cuando se decidió el traslado del yate a un puerto donde tuviera más visibilidad, dado que las condiciones económicas ya han sido muy divulgadas: se parte de un precio aproximado de 10 millones de euros, ocho menos de lo que costó construirlo, pues a juicio de los propietarios hay que tener muy en cuenta el importe que supone su mantenimiento, una de las razones que hace dos años llevaron a la Casa Real a devolverlo a los empresarios agrupados en Fundatur, los mismos que en su día lo donaron a don Juan Carlos para que pudiera utilizarlo en sus vacaciones veraniegas. Cuando el Rey lo disfrutaba, el sueldo del capitán era de casi 140.000 euros brutos y llenar el depósito de combustible costaba cerca de 20.000 euros, todo con cargo a Patrimonio del Estado, teniendo en cuenta que es un yate de alta velocidad, puede alcanzar los 130 kilómetros a la hora, y tiene más de 40 metros de eslora.
Dentro de la Casa Real, la más familiarizada con Mallorca es la reina Sofía, donde acude muchos fines de semana de incógnito
Las mismas fuentes informan que en ningún momento llegó a pensarse que la embarcación pudiera pasar al Príncipe Felipe, entre otras razones porque es uno de los miembros de la Familia Real que menos visita Mallorca. Desde hace un año, quien sí acude con frecuencia los fines de semana al Palacio de Marivent es la reina doña Sofía, la mayoría de las veces de incógnito. Es fácil de comprender, pues su entorno le recuerda mucho a su Grecia natal.
Todo lo que afecta a la imagen internacional es vital para Baleares, teniendo en cuenta que acoge al 25% de todos los turistas que pasan por España. Las islas reciben 13 millones de visitantes concentrados en apenas seis meses y, a pesar de los escándalos que en los últimos años han sacudido a algunos miembros de la Familia Real, ésta continúa siendo un poco una de sus imágenes de marca, insisten fuentes políticas.
Fuentes de la Casa Real matizan su interés en que el yate Fortuna no se desguace: "Hasta donde nosotros sabemos, nuestro papel acabó cuando la embarcación pasó a Patrimonio del Estado. Desde ese momento ha sido Patrimonio el que se ha ocupado de todas las gestiones", afirma una fuente autorizada.