España

Los cinco niveles de alerta antiterrorista: de la vigilancia genérica a las medidas excepcionales

Los atentados terroristas de este martes en Bruselas han vuelto a poner sobre la mesa las medidas de vigilancia y control frente a este tipo de amenazas. El Gobierno español no subirá de momento de nivel -al cinco, el máximo- la alerta por atentado, que se mantiene en 4.

  • Policía en la labores de vigilancia en Madrid.

Los atentados terroristas de este martes en Bruselas han vuelto a poner sobre la mesa las medidas de vigilancia y control frente a este tipo de amenazas. El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, al término de la reunión del Pacto Antiyihadista de este martes, dijo quede momento el Gobierno no subirá un nivel -al cinco, el máximo- la alerta por atentado.

Los niveles de alerta antiterrorista se implantaron en España tras los atentados del 11 de marzo de 2004 y en aquel entonces sólo había tres. Cinco años después, en 2009, el Plan fue modificado para establecerse cuatro niveles. El actual sistema dividido en cinco niveles se implantó en mayo de 2015, pocos meses después de los atentados en Francia contra el semanario satírico Charlie Hebdo y en Túnez y un poco antes de los atentados en la sala Bataclán.

El sistema vigente recoge los cinco niveles de alerta antiterrorista que pueden aplicarse en España y que están asociados a un determinado nivel de riesgo, siendo el Nivel 1 el más bajo y el 5 el más alto, cada uno con una implicación diferente. Fernández Díaz justificó el no saltar al nivel 5, que significa riesgo inminente de atentado, en base a lo apreciado por los expertos en la lucha antiterrorista. Estos son los cinco niveles y lo que cada uno de ellos implica para la población y la vida diaria:

Nivel 1

Implica riesgo bajo. En el se contempla la identificación de potenciales objetivos terroristas, así como el mantenimiento de medidas de seguridad "genéricas" y actuaciones para evitar situaciones de riesgo futuras en el país.

Nivel 2

Se trata de un riesgo moderado. Con el se asegura un óptimo control de los posibles objetivos de atentado terrorista, salvaguardando el normal desarrollo de su actividad habitual y evitando cualquier incidencia que la impida o dificulte. Supone un aumento de la vigilancia casi invisible, centrado en las potenciales amenazas y se centran en  "asegurar un óptimo control de los posibles objetivos de atentado terrorista".

Nivel 3

Riesgo medio Implica un reforzamiento del control de esos posibles objetivos y la intensificación de la actividad investigativa y de inteligencia por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. Al inicio de la puesta en marcha de este nivel, durante los atentados de Túnez de 2015, fue cuando pudieron verse policías con armas largas (fusiles de asalto) en las estaciones y aeropuertos y en otros puntos considerados sensibles de la geografía nacional y, sobre todo, de las grandes ciudades. 

Nivel 4

Riesgo alto. Máximo reforzamiento de los dispositivos de seguridad y de las capacidades de control y seguimiento tanto de las fuerzas de seguridad como del resto del centros, departamentos u organismos implicados. Aumento de fuerzas de seguridad en las calles con especial atención a las denominadas infraestructuras críticas que prestan servicios esenciales para la comunidad (aeropuertos, estaciones, centrales eléctricas, centrales nucleares...) y lugares donde se pueden producir aglomeraciones. A este respecto, el Gobierno dijo este martes que, aunque mantenía el nivel 4, reforzaría la vigilancia y la presencia en zonas aeroportuarias, uno de los centros críticos en caso de atentados. El nivel cuatro también implica mayor vigilancia callejeras.

Nivel 5

Riesgo muy alto. Se toman medidas de carácter excepcional como la posibilidad de solicitar los oportunos apoyos a las Fuerzas Armadas para garantizar la seguridad, o incluso la restricción y control del espacio aéreo español. Puede conllevar la presencia militar en las calles para reforzar infraestructuras críticas y otros "objetivos estratégicos" incluyendo "el reconocimiento aéreo de objetivos estratégicos no urbanos". La última vez que el Ejército colaboró en tareas de protección y seguridad de aeropuertos, estaciones ferroviarias, centrales de energía y otras fue tras los atentados del 11 de marzo en Madrid. Suele conllevar la suspensión de las vacaciones de la totalidad de los miembros de las Fuerzas de seguridad.

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