La célula terrorista que mató el pasado jueves a 15 personas en Cataluña se pertrechó de armas una vez iniciados los ataques. Así consta en el auto por el que el juez Fernando Andreu ha enviado a prisión a dos de los yihadistas detenidos, en el que se habla por primera vez de una segunda vivienda usada por los terroristas.
Se trata de una masía en Riudecanyes (Tarragona), en la que los mossos d'Esquadra encontraron los restos de una pequeña hoguera en la que habían quemado el pasaporte y el carnet de conducir de Mohamed Hichamy, uno de los cinco abatidos en Cambrils, y el pasaporte de Younes Abouyaaquoub, el autor material de los atropellos en La Rambla.
Pero, además, en ese fuego habían querido acabar con comprobantes de compra de materiales para la confección de artefactos explosivos, entre ellos una "ingente cantidad de acetona". En esa hoguera también apareció un recibo del mismo día de los ataques: casi cinco horas después de que Abouyaaquoub condujera una furgoneta contra más de un centenar de personas, a las 21.26 horas, la célula compró cuatro cuchillos y un hacha en un comercio de Cambrils.
Esto indicaría que, después del atropello, los integrantes de la célula hicieron esta compra en Cambrils y se desplazaron a Riudecanyes, un pueblo situado a unos 13 kilómetros de la localidad costera, a donde después volvieron para intentar continuar con la matanza.
Sobre la una de la madrugada, cinco miembros de esa célula llegaron a Cambrils a bordo de un Audi A3 y arremetieron contra viandantes en su Paseo Marítimo, hasta que colisionaron contra un vehículo policial. Los cinco salieron del coche con el hacha y diversos cuchillos de grandes dimensiones y acabaron abatidos por miembros de los Mossos.