El poder no entiende de amistades. Y Unidas Podemos y sus confluencias otean una transición en su liderazgo que promete agriar los vínculos entre sus principales figuras políticas según se concrete el "frente amplio" de Yolanda Díaz.
El auge de la vicepresidenta segunda -ungida por Pablo Iglesias y por la actual dirección morada para capitanear ese nuevo espacio en la izquierda- pone en peligro su relación con la cúpula de Podemos. Con Irene Montero, pero también con la propia secretaria general, Ione Belarra, vieja amiga universitaria de la titular de Igualdad.
Lo cierto es que dentro del partido son conscientes de las tensiones que se producirán cuando Díaz tome el mando una vez haya nacido su criatura política. Y ese día llegará, según fuentes moradas, más pronto que tarde. "Las transiciones no son nunca fáciles", explica a Vozpópuli una fuente de Podemos con peso. Esta fuente reconoce que ese choque entre Díaz y Montero y Belarra se producirá y que la gravedad de las consecuencias dependerá de la habilidad de la vicepresidenta.
El partido: "Díaz ya manda"
El partido, sin embargo, quita hierro al asunto y explica que Díaz ya ejerce mando a través de la mesa confederal, el órgano en el que están representados todos los partidos que forman parte de la amalgama morada: la coalición de Unidas Podemos -que, a su vez, componen Podemos, Izquierda Unida (otra federación) y Alianza Verde-, En Comú Podem y Galicia en Común.
Y la vicepresidenta, según fuentes moradas, tiene asiento en la mesa confederal gracias a la fuerza gallega. Además, Podemos zanja cualquier tipo de debate sobre su autoridad con el ejemplo del tuit de Ione Belarra convocando al PSOE a la mesa de seguimiento del pacto de coalición: "Fue puesto por Belarra tras una orden de Yolanda Díaz", explican fuentes gubernamentales moradas.
Lo cierto es que Podemos es la formación más importante de todas las que tienen sitio en la mesa confederal, como ha reiterado la propia Belarra, quien, además, ha advertido del protagonismo que deberá su formación en el "frente amplio". El problema es que Yolanda Díaz no tiene silla en el consejo de coordinación, la Ejecutiva morada. Y por ahí las fuentes consultadas vislumbran los roces. En plata: ¿qué va a ser de Irene Montero, Ione Belarra o Lilith Verstrynge si la ministra de Trabajo llevará el timón del "frente amplio"?
A Yolanda Díaz la tendrían que dejar formar parte de la Ejecutiva. Y no es tan sencillo, explica una fuente anónima que prefiere no dar su nombre
"A Yolanda Díaz la tendrían que dejar formar parte de la Ejecutiva [de Podemos]. Y no es tan sencillo. Montero y Belarra son de la Ejecutiva, del consejo de coordinación en el que Díaz no está. ¿La van a dejar? Yo pienso que cualquier persona que pueda hacerles sombra, y Yolanda lo haría, no creo que le dejen entrar así como así. Y si Yolanda Díaz no está, sería como una prestada a la que ponen y quitan. Y tampoco creo que ella quiera esto. Si está, va a querer mandar. Díaz lo va a hacer desde fuera y va a arrastrar a gente, porque la marca Podemos va a restar más que sumar", opina una fuente morada que pide anonimato.
Lo cierto es que a la vicepresidenta segunda le interesa alejarse de una marca en horas bajas. Mientras, el recelo en la cúpula morada ante los plantes de Díaz empieza a crecer. Una fuente muy próxima a la vicepresidenta ya contó a este diario que tanto Montero como Belarra tienen ya en el punto de mira a la vicepresidenta, sobre la que “más pronto que tarde empezarán a llover ataques''.
Los morados, oficialmente, tachan ese supuesto de "absurdo", porque la versión oficial es que la "única visión" es que "Yolanda es la candidata". Pero el roce no solo lo prevén los morados consultados. También lo atisba el politólogo José Ignacio Torreblanca, autor de Asaltar los cielos: Podemos o la política después de la crisis: "Podemos no va a aceptar fácilmente que Yolanda Díaz sea algo más que el cartel electoral".
Podemos sabe que debe diluir su marca
La realidad es que Podemos sabe que debe diluir su marca electoral en la plataforma para evitar otro batacazo electoral. Las fuentes consultadas explican que el partido lleva tiempo discutiendo a nivel interno sobre la idoneidad de cambiar la marca. La anterior dirección, antes del desembarco de Ione Belarra por el adiós de Iglesias, ya tenía en la cabeza lavar la imagen de unas siglas que consideran manchadas por los ataques de la prensa, pero también por “errores” propios.
Eso sí, una cosa es que a Podemos no le importe perder su nombre y estar al cien por cien con Díaz y otra es ceder cuotas de poder y decisión. Díaz tendrá que hacer equilibrios. Por eso, un día anuncia su presencia junto a Ada Colau, Mónica Oltra y Mónica García en Valencia, y otro se sienta junto a Ione Belarra y la alcaldesa de Barcelona en un acto sobre vivienda en el Congreso.