“Yolanda Díaz ha suavizado su estrategia porque se ha dado cuenta de que si seguía por la senda de confrontación abierta con Podemos, veremos un batacazo de toda la izquierda el 28M y al día siguiente no habrá nada que sumar”, reconocen para Vozpópuli fuentes del partido morado, que coinciden con las otras formaciones ya integradas en Sumar. Incluso la dirección socialista, que augura para la sigla PSOE “un buen resultado”, comparte ese diagnóstico porque teme que una debacle del espacio a su izquierda ahora impida la reedición del gobierno de coalición.

Justifican así la decisión de la vicepresidenta y ministra de Trabajo, de proseguir con su estrategia de una de cal y una de arena para contentar a todos aquellos que aspira a juntar en Sumar de cara a las elecciones generales, hoy rivales en las elecciones municipales y autonómicas. El problema es que esa rivalidad se da con especial encono en Madrid y la Comunidad Valenciana, donde un mal resultado de Podemos en cualquiera de esos dos territorios -los sondeos no dan por seguro que entre en los respectivos parlamentos- tendría serias repercusiones nacionales.

De ahí que Díaz haya anunciado algo aparentemente contradictorio y que no gusta nada en Podemos: hará campaña con el candidato morado a la Generalitat Valenciana, Héctor Illueca, y con su rival de Compromis, Joan Baldoví, además de con el alcalde de la capital valenciana perteneciente a esta formación regional, Joan Ribó. Lo mismo quiere hacer en Madrid: Campaña con las candidatas de Podemos, Alejandra Jacinto, y de Más Madrid, Mónica García.

Yolanda Díaz va a protagonizar 18 actos en once autonomías durante las próximas tres semanas; un cambio más que sustancial respecto a su intención primera de pasar de puntillas por unas elecciones a las que Sumar no se presenta.

En total 18 actos en 11 comunidades autónomas durante las próximas semanas; un cambio más que sustancial en su intención primera de pasar de puntillas por unas elecciones a las que Sumar no se presenta. Al final, Yolanda Díaz ha acabado por convencerse de que un mal resultado el 28M también le pasará factura de cara a la negociación a cara de perro de las candidaturas de diciembre con los de Ione Belarra e Irene Montero.

No obstante, una cosa es la configuración propiamente dicha de las listas de Sumar a las elecciones generales, que sigue “parada” y con las espadas en alto porque la vicepresidenta y ministra de Trabajo no acepta negociar bajo presión con Podemos antes del 28M, y otra, matizan varias de las fuentes consultadas, “que sigamos dando el espectáculo y abonando así el terreno de la abstención de izquierdas ahora en mayo”.

La encuesta de ’El País’

El punto de inflexión para este cambio de estrategia fueron las repercusiones de la entrevista con Jordi Évole en La Sexta, el domingo 16 de abril, en la cual Díaz cometió varios errores de bulto, como llamar “machista” a Pedro Sánchez o tildar de ”dictadura” al vecino Marruecos desde la posición institucional que ocupa. No obstante, lo que tuvo más repercusión internamente en el espacio que aspira a liderar, fue su apuesta descarada por la candidata regional de Más Madrid, Mónica García, en detrimento de su rival de IU y Podemos, Alejandra Jacinto.

Esa entrevista sentó mal, no ya en Podemos, hasta en esa Izquierda Unida liderada por el ministro de Consumo, Alberto Garzón, y por el secretario general del PCE, Enrique Santiago, que están siendo junto a los sindicatos UGT y CC.OO.; la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y en En Comú Podem; Compromis de Baldoví y Mónica Oltra -hoy desaparecida tras dimitir por el escándalo de su ex marido-; y al propio Íñigo Errejón, de Más País, hoy inseparable de la vicepresidenta, los grandes apoyos de Sumar.

Pero lo que ha acabado por constituirse en aldabonazo para este giro de Yolanda Díaz, a tenor de lo que dicen muchas de las fuentes consultadas, es la encuesta publicada por El País este lunes, en la cual, claramente, la posible división Sumar/Podemos en las próximas generales restaría a los dos partidos 14 escaños y acercaría a PP y Vox a la mayoría absoluta; luego, “de reconciliarnos, mejor ahora con tiempo”, señala con pragmatismo una de las fuentes consultadas.

Podemos se frota las manos con el giro estratégico de Díaz para porque, tanto si hay debacle en la izquierda el 28M como si no la hay, “Belarra va a llegar a la negociación para las generales en posición de no aceptar lo que le proponga sin más”

Indirectamente, reconoce alguna fuente de los partidos que forman parte de Sumar, que la vicepresidenta se implique tanto después de haber dicho que no lo haría, es el reconocimiento ”de que no íbamos bien” en el nuevo proyecto que es Sumar; y eso puede acabar teniendo consecuencias en la negociación que se va a abrir post 28M porque, tanto si hay debacle a la izquierda del PSOE como si no la hay, “Belarra va a llegar a ella en posición de no aceptar lo que le proponga Díaz sin más”, advierte otra fuente, en este caso morada.

Ni Izquierda Unida ni, mucho menos, Íñigo Errejón, querían verse abocados a este giro, que con tanto ahínco ha trabajado Pablo Iglesias, fuera ya del organigrama de Podemos pero con indudable influencia desde sus plataformas mediáticas, para evitar que se ningunee a su formación en esa negociación de las candidaturas a las próximas elecciones generales y para que Irene Montero -no Errejón- sea la número dos de Díaz en la lista por Madrid:

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