Rajoy puede resultar investido presidente del Gobierno con el Rey fuera de España. Una situación inédita que viene forzada por un calendario sin demasiadas opciones, a causa de la sobrevenida crisis del PSOE, que ha alterado todas las previsiones. Zarzuela mantiene una intachable neutralidad y un escrupuloso silencio en este tramo decisivo para superar el atasco institucional. En la Casa Real se trabaja en dos escenarios: Investidura del nuevo presidente en el último minuto o disolución de las Cortes y convocatoria de nuevas elecciones.
Todo está a expensas de lo que se decida en el Comité Federal que celebrará el PSOE posiblemente el día 15. En el caso de que la dirección socialista dé el visto bueno a una apertura de negociaciones con el PP, de cara a una posible abstención, éstas arrancarían presumiblemente el lunes 17 por lo que resultaría complicado pensar en una investidura en esa misma semana. Los Reyes, además, estarán ese fin de semana en Oviedo para presidir la entrega de los Premios Princesa de Asturias, acompañados, casualmente, por el presidente de la región, que lo es también de la Gestora socialista.
La Cumbre Iberoamericana
Lo más razonable, de acuerdo con las fuentes de Vozpópuli, es que no se despejen las dudas del PSOE de forma tan vertiginosa por lo que se aterrizaría en la última semana del mes, quizás ya con un acuerdo entre los dos grandes partidos con luz verde para la elección de Rajoy. En ese caso, las preceptivas rondas de consultas de Su Majestad se desarrollarían a principios de semana, el 24 y 25 y la doble jornada de investidura el 27 y 29. Jornadas fatídicas, puesto que el Rey viaja a Cartagena de Indias, para asistir a la Cumbre Iberoamericana, los días 28 y 29 por lo que estaría fuera de nuestro país mientras las Cortes eligen al nuevo Jefe del Ejecutivo. Una situación ciertamente anómala pero que no impide cumplir con los plazos señalados en la Constitución. Zarzuela no tiene previsto cancelar este desplazamiento, dado el enorme significado político del encuentro entre los países de habla hispana. Don Felipe podría sancionar la elección del presidente, bien a su regreso a España, el 31 de octubre, es decir, casi sobre la campana, o incluso podría hacerlo en la embajada española en Bogotá, a todos los efectos territorio español, con lo que el nombramiento aparecería en el BOE el último día del mes.
“Posible, es posible. Hay ahora que esperar a ver qué hace el PSOE y, por supuesto, a ver qué dice luego Rajoy”, señalan estas fuentes. La nueva dirección socialista trabaja de forma acelerada para evitar unas terceras elecciones que podrían significar un cataclismo para su partido. La reunión mantenida este martes por el presidente de la Gestora con el grupo parlamentario socialista ha evidenciado el radical cambio de actitud de algunos diputados. Han pasado del ‘no, no y no’ de hace unos días, a una posible abstención ‘técnica’, de acuerdo con la expresión de José Blanco.
En la Casa Real, prácticamente inmovilizada desde hace nueve meses, se tienen previstas todas las variantes y contingencias para la solución del impasse. Caso de que no haya acuerdo alguno, el Rey ya estaría en Madrid para firmar el decreto de disolución de las Cámaras en el caso de que no se haya logrado el entendimiento entre las dos grandes formaciones. Si la negociación avanza y se consuma el pacto imprescindible para no impedir la reelección de Rajoy, la Casa Real tiene ya prevista la fórmula para despachar la celebración de una nueva ronda de consultas en un par de jornadas. Llegado el caso, y si fuera necesario, podría hacerse incluso en un solo día puesto que no hay obstáculo para que Su Majestad reciba a los líderes políticos en audiencias conjuntas. De dos en dos o de tres en tres, según el caso. La Constitución nada señala a este respecto.
Zarzuela no dará el paso preceptivo de recibir en Palacio a los dirigentes políticos hasta que hayan quedado despejadas todas las dudas sobre que, esta vez sí, el candidato designado por el Rey para afrontar una investidura tenga todas las garantías para salir elegido. No habrá ya más intentos fallidos ni pasos en falso. Serán siete días de vértigo, en el último aliento del plazo establecido. Todo queda para el último minuto. La semana del día 24 puede resolverse finalmente el puzle imposible. El PSOE se dará prisa. El PP, donde se acaricia ahora la idea de unas nuevas elecciones, en las que lograría una victoria aplastante según todos los sondeos, ya no lo tiene tan claro. Si las previsibles negociaciones entre el PP y el PSOE, entre Rajoy y Fernández, no culminan en éxito, todo el plan se irá por la borda.