Durante mucho tiempo la masturbación fue un tabú para los astronautas de la NASA. Nada más trivial que preocuparse por el alivio personal cuando hay una luna que conquistar o una estación espacial que construir.
Pero un día el protocolo de la NASA cambió. Según Michael Collins en su libro 'Lift Off', tras un estudio de campo se decidió que en los viajes largos era menos arriesgado recomendar por protocolo el onanismo mesurado que arriesgarse a una infección prostática a 500 kilómetros de altura por atasco en depósitos y cañerías. En las mujeres, por el contrario, no planteaba ningún problema.
Las adicciones del siglo XX. Fuente
Y no es que la NASA pensara que la abstinencia fuera antinatura, sino que se dio cuenta que lo antinatural es interrumpir los ciclos normales de cada astronauta y, con las estadísticas en la mano, el 78 por ciento de los encuestados (95% de hombres) se masturban. Problema resuelto.
Desde entonces la Estación Espacial Internacional tiene ‘sus espacios’, como confesó el astronauta Ron Garan en un AMA.
Hoy, en la era de las redes sociales, youtubers, memes y virales,… en la lucha por convertirse en tendencia lo que se lleva es la rareza, la exclusividad que te convierta en noticia a través de un vídeo, juego chorra o experimento social. Y la masturbación es un caldo apropiado de meme, el tabú recurrente ideal para intentar convertirse en noticia. Y no solo los genitales se te pueden ir de las manos.
Así nació #NoFap, el club de los que no se masturban. En 2011, Alexander Rhodes, un norteamericano de 22 años descubrió un interesante hilo en #reddit que hablaba sobre las consecuencias físicas de la abstinencia para el cuerpo de los hombres.
El hilo citaba un estudio de PubMed: ”Cuando los hombres dejan de masturbarse durante 7 días sus niveles de testosterona aumentan un 45,7%”. Con todo lo que una sobredosis de ‘huevina’ conlleva para el carácter y la personalidad masculina. Aún así, el estudio concluye que tras los primeros 7 días de subida hormonal no hay mejoras significativas. De ahí que el primer reto NoFap se marcara una semana como terapia.
La noticia no era lo importante para Alex, el interés estaba en los comentarios. Entre chiste, falacia y ordinariez había algún usuario que estaba contando sus experiencias, sus límites, sus récords, sus recaídas… parecía el cuaderno de bitácora de alcohólicos anónimos.
¿Hasta dónde podría llegar yo? se dijo Alex. Un joven informático que rellena las estadísticas del prototipo daliniano del ‘Gran Masturbador’. Veinteañero, sano y con conexión plana a Internet… —“10 veces al día no era una jornada extraordinaria. Era adicto a la pornografía. Incapaz de mantener una erección con una mujer si no fantaseaba con algún vídeo porno”, se confiesa. No existe mejor espécimen para el experimento que se iba a convertir en toda una moda viral. Entonces no podía imaginar que cuatro años más tarde alguien consideraría normal estar 200 días sin pajas.
“Una semana. Estaré una semana sin masturbarme y documentaré todo lo que pase por mi cuerpo y mente.” Y el Hamelín del anti-onanismo empezó a narrar su batalla contra los instintos mientras los ratones acudían hipnotizados por esta música asexualizada.
"He creado NoFap como un foro para experimentar con la idea de abstenerse de orgasmos durante un tiempo para, simplemente, ver lo que sucede. Un laboratorio experimental de ‘bio-piratería’ que no creo llegue a más de 50 usuarios."
Cuatro años más tarde son 160.000 miembros contando sus batallas y frustraciones. El reto es el estar una semana sin masturbarse y contarlo en redes. A falta de las otras qué menos que fardar de pajas mentales. Las reglas son:
- Una semana sin estimulación sexual artificial (Incluye la búsqueda de pornografía, la búsqueda de imágenes eróticas, cine, revistas o cualquier material erótico)
- Sin masturbación
- Sin ninguna fantasía
Una moda que ha traspasado el foro para convertirse en tendencia social. (En China hay otro foro ya con medio millón de usuarios) y que ha convertido a “Non Fap November” (o cualquier mes) en uno de los retos más difíciles de la era Internet:
"Los primeros días tenía palpitaciones", cuenta Alex. "En el momento que veía un trozo de piel de cualquier chica junto a mi, me sentía como si fuera a tener un incidente cardiaco. Era extraordinariamente difícil".
Pasaron los días y Alex Rhodes empezó a ver la luz. Sus narraciones se convirtieron en las del líder de una especie de secta que ha encontrado el nirvana espiritual y físico. Y eso se contagia:
"He ganado una energía que puede ser aplicada a todos los ámbitos de la vida. Es difícil de explicar con palabras; una mayor atención, más fuerza y productividad..." —Alex Rhodes
“Dejé de fumar, beber alcohol, las drogas y la pornografía en el mismo día en que dejé las pajas. Vendí todas las consolas y cada juego que tenía, vendí mi amado PC y compré un ordenador portátil lo suficientemente bueno para el trabajo, pero sin tarjeta gráfica buena para jugar.[...] Me las arreglé para encontrar mi camino de 100 días sin pajas, día a día. Fue más fácil de lo pensado y mi confianza creció. Cada aspecto de mi vida mejoró. Finalmente me sentía normal. No muy feliz, pero al menos no tan deprimido como antes” —Cajus.
Los testimonios son infiltrables. Mezcla de foro abierto y ex-machos alfa hablando de lo suyo. Algunos reconocen hasta el aumento del tamaño del pene con 80 días de asueto o haber conseguido hasta tres números de teléfono de chicas en un día. Según el creador del foro: "Unos están aquí para mejorar sus relaciones interpersonales, ya sea de un matrimonio, una relación, o de la propia vida. Para otros, es simplemente un reto de fuerza de voluntad".
Una chica cuenta sus experiencias en NoFap. Fuente
Pero el foro no solo es un cutre libro de autoayuda digital para pornógrafos con remordimientos. La mayoría de los ‘Fapstronautas’ —como se hacen llamar— utilizan el grupo y la abstinencia como un último viaje para intentar limpiarse de remordimientos y conseguir que las chicas se acerquen más a su pene (según una encuesta interna el 44% de los foreros no tiene pareja). Una especie de lavado de cerebro y mala conciencia para intentar ganarse su atención... para darse luego cuenta de que ese no es el verdadero problema.
Los memes, virales, falsos testimonios de troles y las autocríticas se han mezclado también con esas pajas mentales en un batido que ha hecho al foro aún más viral. El lenguaje del siglo XXI al servicio de una especie de secta del XVIII.
Pero ¿hay chicas en este club? Muy pocas, pero sí las hay. (Un 5% según el creador del foro). Chicas que se apuntan al carro de la abstinencia y cuentan también sus logros en un territorio minado de hombres con el mono. Es como si a alcohólicos anónimos va a dar una charla el inventor del Gin-tonic… con una copa balón en la mano.
Pero sobre todo hay mujeres que entran al foro a comentar y a agradecer las consecuencias de la supuesta desintoxicación de sus chicos a los que, se supone, ganan para una vida sexual más activa. Gato encerrado.
El crecimiento del club ha sido tan grande que ha atraído también a científicos para estudiar los efectos de cada uno de sus miembros. La universidad de Cambridge acudió al grupo para elaborar un estudio sobre el uso intensivo de pornografía. Porque sí, la mayoría de los miembros del grupo son adictos a la pornografía (y con remordimientos). La voluntariedad del ingreso no convierte al grupo en un universo socialmente representativo sino en un espectro estigmatizado y adicto.
El estudio demostró que la actividad cerebral de los miembros de #NoFap es similar a la actividad cerebral de los adictos a las drogas y alcohol. Aunque no trata de demostrar si esta es realmente adictiva.
El foro #NoFap y similares no son más que el baúl de la moda que da la vuelta una y otra vez apoyado por el reto que supone pertenecer a una comunidad social con los mismos intereses. No hay beneficios científicos demostrables para concluir que abandonar el hábito de la masturbación tenga beneficios en personas con vidas normales.
Al fin y al cabo alguien nos puso en el planeta con brazos y manos…
¿Hasta dónde serías capaz de llegar tú?
