El tira y afloja entre humor y ley ha existido siempre. Es parte del encanto de la sátira humorística, bordear el límite de lo políticamente correcto para generar la carcajada ajena y, si de vez en cuando cae un secuestro, eso de publicidad que te llevas. Le pasó al El Jueves con su famosa portada y le ha pasado a la Revista Mongolia con la sentencia por el lucro y las ofensas al torero (y pésimo conductor) Ortega Cano.Pero es posible que exista una involución en las libertades fruto del exceso de celo por controlar los nuevos medios de publicación personal como las redes sociales. La ley ha sido siempre igual (incluso peor), es la masificación y la viralidad de cualquier mensaje lo que ha provocado esta escalada de competición a ver quién juzga y blasfema más lejos.
La Traca. Franco vestido de mujer
A finales del XIX nació en Valencia una revista para liderar una resistencia que duraría hasta 1938. La Traca fue un golpe a la línea de flotación del régimen, tanto que su propietario acabaría fusilado por delito de pluma en 1940 tras la sentencia de un tribunal militar. Sí, muerte por sátira.
La traca era de ídem. Antifascista, anticlerical y anti todo. En un tiempo en que te jugabas la vida en serlo. Los curas eran el agujero negro de la moralidad. Franco era un poema: compartía cama con un soldado moro, se travestía o era el esbirro y hazmerreír de Hitler... 
Las injurias al Jefe de Estado hoy son un delito tipificado y con extensa jurisprudencia. Publicar estas viñetas sería un riesgo innecesario. Travestir al Rey no sería hoy una buena idea, como no lo fue en su día hacerle fornicar con su parienta en Jueves.
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Las tetas vehiculares
El destape también impregnó la viñeta humorística en su época de máximo esplendor, una especie de tufillo sexista que bañaría las portadas de todos los satíricos y que hoy sería impensable por el aporte nulo en la competida carrera semanal de la mordacidad. (El jueves aparte)La revista juvenil Mata Ratos (1964-1974) fue un ejemplo de este aporte vehicular de la carne como plasma del humor. Cualquier motivo era bueno para subrayarlo con un par de aldabas, tanto era así que mejor se incrustaban fotos reales que caricaturizarlas para no perder esa inyección hormonal que aporta la realidad.
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El Papus, como su propio nombre indica
Dentro de esta línea disfuncional y salvaje El Papus (1973-1986) tuvo épocas donde ejerció su cometido como nadie. Disfrazando su estilo de basto, mordaz y atrevido escondieron entre la sátira política los maniqueos más machistas que ahogaban a la sociedad de la época. Todo ello mezclado con un ejercito de humoristas antifascistas que incluso fueron víctimas de las bombas anticomunistas, literalmente.Hoy esta viñeta solo sería posible en cualquier hilo de Forocoches. De hecho, de ahí la he sacado.
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El procés
La cuestión catalana ha preocupado en desde que Cataluña es España (perdón). Pero ha habido épocas donde el papel de fumar no servía para cogerse tanto los prejuicios. Quizás porque estuvieran menos sensibilizados, quizás porque la cuestión no estaba en primera plana.El octubre de 1978 la revista Por Favor (1974-1978), donde colaboraban Maruja Torres, Fernando Savater, Quino o el mismísimo Forges publicaba esta sorprendente portada.
La cuestión catalana ya había sido abordada por la revista en varias ocasiones de forma irónica. El artículo "El Peligro catalán" hablaba del caballo de Troya: "Con su fama de ricos, separatistas, rojos y tenaces se han convertido en el chivo expiatorio ante los ojos de la derecha. Se está fabricando un 'enemigo interior', como en el pasado se fabricó el 'peligro judío'. Hoy ese enemigo prefabricado es el 'peligro catalán'."Hoy esta viñeta sería del todo incorrecta.
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El miembro incorruptible del Valle de los Caídos
Lo tiene todo: Blasfemia, incorrección, ofensa,... hoy este dibujo acumularía un compendio de demandas: de la Iglesia, del Abad del Valle de los Caídos, de las Feministas,... 
Este incunable pertenece a una publicación undergroung del humorista Nazario Luque Vera. La Piraña Divina fue un panfleto publicado clandestinamente en Barcelona en 1975 en un concierto de Rock. Una redada en busca de droga alertó a la policía de su existencia, movilizándose también para capturar a su autor. Eran tiempos peores. O quizás no.
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Con la Iglesia hemos topado
En un tiempo en donde el clero denuncia un cartel carnavalesco, donde no es posible hacer un montaje de tu cara en la de Cristo. En un país donde te patean por representar una obra teatral titulada 'Me cago en Dios' esta portada y número especial de la revista La Butifarra sería del todo impensable.
La sátira anticlerical tenía más posibles en tiempos de El Papus y de la Codorniz que en tiempo de condecoraciones a vírgenes y laicidad prostituida.
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Sal, pimienta y ofensa
La portada de la revista Sal y Pimienta (1979-1984) acostumbrara a caricaturizar al famoso de turno poniéndolo a caldo y en ensalada de ridículo... y encima ganaba dinero con ello. Justamente lo mismo que hace la revista Mongolia hoy y por lo que ha sido sentenciada (a muerte dicen los dueños). Hacer dinero con la sátira es el designio de cualquier publicación de humor. El amor al arte es otra cosa.
Lola Flores, la Cantudo, el Polvo de Bárbara Rey o incluso mentando al pezón de Rocío Jurado, la que fue mujer del hoy agraviado Ortega Cano... si cualquiera de estos personajes ridiculizados con ánimo de lucro denunciara en su día a la revista con los jueces de hoy se hubiera llevado una pasta fácil para financiar sus bolos o sus problemas de hacienda.
