Aprovechando que este año la red de Paradores cumple 90 años nos acercamos hasta Cantabria para disfrutar de un fin de semana en el Parador de Limpias, situado a las afueras de la Villa, en el Palacio del Castañal que antaño fuera la residencia de Don Manuel Eguilior, Conde de Albox.
Seguro que el Conde nunca pensó que su palacio se convertiría cien años después de su construcción en un parador de turismo. Sus salones forman parte hoy de un confortable hotel en el que la confortabilidad está asegurada.
Rodeado de un frondoso bosque en el que más de un centenar de árboles ofrecen al cliente la paz necesaria. Entre ellos destaca un magnolio catalogado por el Gobierno de Cantabria como singular y que tiene 15 metros de altura y 3,40 m. de circunferencia en el tronco.
En 1999 el Gobierno de Cantabria adquirió el palacio y su finca de 50.000 metros cuadrados. Posteriormente el ejecutivo cántabro cedió la propiedad a la empresa pública Paradores de Turismo de España SA que ha invertido 8,4 millones de euros en la restauración del antiguo edificio y en la construcción uno nuevo anexo al palacio.
En el edificio histórico hay 18 habitaciones y en el nuevo 47 más. Dispone de amplios salones para la celebración de eventos, piscina exterior e interior, gimnasio y pistas de tenis y pádel. Gastronómicamente al frente de su cocina se encuentra Salvador Ortiz, cocinero con dilatada experiencia en Paradores que ejecuta una cocina clásica renovada orientada al producto autóctono y a la cocina de mercado. En su carta un interesante abanico de platos en el que se cuida especialmente la materia prima de la zona. Magnífica sus brochetas de rabas y hortalizas entre sus entrantes, son los pescados de la zona en distintas y atractivas elaboraciones el máximo exponente de una cocina que mantiene el tono y que constituye un añadido a una magnífica escapada ahora que el buen tiempo ha llegado.
