Situado en la calle Hermanos Bécquer de Madrid, el restaurante Béker 6 ocupa el local de lo que antaño fuera un restaurante mítico que personalmente me fascinaba. Les hablo del restaurante Laray en el que hace muchos años solía disfrutar quien les escribe de uno de los mejores steak tartare que en Madrid podía probarse mucho antes de que este plato inundase la carta de la práctica totalidad de restaurantes en Madrid y se vulgarizase en muchas ocasiones hasta niveles bochornosos.
Béker 6 ocupa ese local que fue remodelado en su totalidad por las siempre brillantes chicas de Cousi (los restaurantes que decoran Alba Hurle y Alicia Martín tienen un sello especialmente reconocible). En un ambiente excepcionalmente decorado que evoca inmediatamente a un refinado bistrot francés se cuida hasta el más mínimo detalle creando una atmósfera elegante y delicada que predispone sin alternativa para una agradable velada. Sin duda el espíritu de los Bécquer se ha encarnado en este restaurante, seguramente uno de los más románticos de la capital.
Vajilla y cristalería impecable, música francesa, iluminación acertadísima sirven de acomodo a una amplia carta estupendamente estructurada en la que de momento llama la atención la cantidad de opciones interesantes.
La cocina de Béker 6 está a un grandísimo nivel que cautiva desde el primer momento
Aunque había leído abundantes reseñas sobre el restaurante que hacían referencia a la cocina armenia del mismo dada la procedencia de su chef, les adelanto que esos toques armenios no pasan de ser ciertos guiños en las terminaciones y en algunos platos que no deben hacernos pensar en un restaurante armenio sin más. Realmente la cocina de Béker 6 es mucho más afrancesada que armenia, pero olvídense de apellidos que ya saben que en cocina los apellidos se resumen en dos, cocina “buena” y cocina “no tan buena” (seamos correctos). La cocina de Béker 6 está a un grandísimo nivel que cautiva desde el primer momento.
Extraordinario su salmón marinado acompañado de unas finísimas tostas y con una delicada salsa de hinojo que lo complementa perfectamente; muy correctos los guisantes servidos con un huevo poché y sabrosas las ancas de rana preparadas a la provenzal (complicado comer en Madrid ancas de rana).
Entre sus segundos pescados tan sugerentes como el salmonete con reducción de naranja y azafrán o la raya Menieur. Entre sus carnes abundantes referencias a la volaterie y a la caza. Tuvimos ocasión de probar su perdiz guisada a la antigua, servida en un perfecto punto y con una magnífica salsa a la que la pimienta roja daba un exquisito toque. Sensacional.
Poco más que decir. Irreprochable en todos los sentidos. De esos lugares que uno se guarda en su agenda particular para volver más pronto que tarde.