En estos tiempos de constantes aperturas y cierres de restaurantes, encontrar clásicos que perduran a través de los tiempos resulta reconfortante. Restaurantes que ni son mediáticos ni ocupan las páginas de lifestyle de las revistas, pero restaurantes, al fin y a la postre, en los que se disfruta comiendo y se disfruta mucho.

El restaurante Ox's lleva desde el año 1985 ofreciendo la mejor gastronomía navarra en la capital. El matrimonio formado por José Ignacio Urdiain y Mila López ha conseguido mantener un concepto tan simple y a la vez tan complicado como ofrecer la mejor materia prima en elaboraciones perfectas en las que se resaltan las cualidades del producto sin disfraces ni artificios. Cocina de esa de toda la vida que seguirá gustando siempre.

Urdiain, sobrino a la sazón del famoso Benjamín Urdiain de Zalacaín, trabajó durante siete años en tan insigne casa. Posteriormente coincidiría con Mila en otros restaurantes (Asador Frontón, Fonda Urbasa en Navarra) hasta que en 1985 inauguraron Ox´s en su actual emplazamiento en la calle Juan Ramón Jiménez de Madrid.

Tratándose de un restaurante navarro, obligatorio comenzar haciendo referencia a sus espectaculares verduras que varían en carta en función de su temporalidad como no podía ser de otra manera, así las alcachofas con almejas de octubre a junio, el cardo a la navarra en diciembre y enero, los cotizados perrechicos en primavera que se preparan salteados, en revuelto o como guarnición, los espárragos blancos durante abril y mayo y las pochas de julio a septiembre. Inalterable -eso sí- su famosa menestra de verduras naturales y tiernas, ligadas con una fina salsa. Sencillamente deliciosa.

Pero no sólo se vive de verduras y aunque ocupan una buena parte de las entradas de la carta, conviven en ella con otros platos de impecable factura. Chistorra frita, arroz con almejas, sopa de pescado (probablemente la mejor que puede tomarse en la capital), merluza a la romana con un rebozado fino, rape con fritada, las famosas albóndigas caseras de ternera, chuletillas de cordero, y, por supuesto, el chuletón de buey que da nombre al restaurante.

Postres caseros que mantienen todos ellos el nivel. Sublime su cuajada de leche de oveja, estupendo su flan de queso e irreprochable su torrija de Cuaresma elaborada de la forma más tradicional. Acompañan a los cafés la famoso teja de almendras (guiño inequívoco a Zalacaín).

Como contrapunto dispone de una magnífica terraza cubierta en la que además de los platos de carta, hay disponible una selección de pinchos fríos y calientes.

Lo dicho, quién tuvo, retuvo. Cocina honesta y elaboraciones en las que prima la exaltación del mejor producto. Así resulta imposible equivocarse. Eso es OX´s; quién lo probó lo sabe.