La versatilidad de los rosados da mucho juego en la mesa. Pero unos más que otros debido a su elaboración, si tiene algo de crianza en barrica, si el mosto ha macerado más de lo habitual con los hollejos de las uvas… Un mundo de posibilidades que ya describimos en Gastrópoli.
Resultar ligeros, aunque menos que los blancos, convierten a los rosados en una buena elección para sentarse a la mesa, especialmente estos días de verano, que siempre es más agradable tomar un vino algo frío. Hemos catado cuatro etiquetas que consideramos rosados gastronómicos y, además, poseen una gran relación calidad- precio.
Son frescos, algo incisivos, suelen tener presencia en boca…Por eso, cualquiera de ellos son perfectos para el aperitivo como vino ‘comodín’, también con verduras a la plancha o en tempura, caldereta de langosta o bogavante, carnes blancas (también en salsa), pescados azules al horno y pastas. Y, como no, con un buen arroz en paella. Por el contrario, mejor no combinarlos con carnes rojas, pescados blancos delicados ni guisos demasiado fuertes como cualquier tipo de estofado.
Y nos congratulamos de que tres de ellos (y el cuarto, casi, casi) tengan un color rojo fresa, potente, brillante, bonito… Están fuera de la norma actual tendente a los rosas piel de cebolla estilo provenzal. Pues no: personalidad y carácter en la copa.
Los Vinos
Rosado López Cristóbal 2022 acaba de ganar un Gran Baco de Oro, máxima distinción en los Premios Baco para vinos jóvenes españoles. Está elaborada con uvas propias, tinta del país 100%, y el cincuenta por ciento del mosto fermentado madura en barricas de roble francés de 500 litros durante 2 meses. Esta ligera crianza le da estructura y volumen, junto a una deliciosa complejidad. Una alegría más de esta gran bodega radicada en la parte burgalesa de la D.O. Ribera del Duero. Sólo han elaborado 4.000 botellas. PVP recomendado: 12,50 euros.
Un rosado gastronómico pensado así antes de comenzar a elaborarlo y ya va por su octava añada. Maria Burgoa, fundadora de esta bodega familiar, es la autora de este vino natural Lar de Maía 2022 (V.T. de Castilla), elaborado con tempranillo y en una original botella. Uvas seleccionadas manualmente, crianza con sus propias lías, bâtonnages periódicos e intervención mínima durante todo el proceso, desde la cepa a la botella. Tan sólo un leve filtrado. Un gran rosado de color fresa (lo que se agradece ante tanto tono desvaído), con buena nariz y, sobre todo, una espléndida boca con fruta, muy seco y toques ácidos en equilibrio. Largo final. Son sólo 2.500 botellas. Se vende en su web. PVP recomendado: 13,50 euros.
Señorío de Sarríá Viñedo Cinco 2022 (D.O. Navarra) hace honor a la calidad de los buenos rosados que dan aquellas tierras. Elaborado con garnacha, todas las uvas proceden de viñedo propio, exactamente del “Cinco” que da nombre al vino, con cepas de 60 años de media. Toques golosos y a frutas rojas en nariz, junto a una boca fresca donde vuelven ciertos tonos de un agradable dulzor. Llena la boca, muy expresivo. Este rosado acaba de ganar Doble Medalla de Oro en el concurso internacional “Grenaches du Monde”. Milagros Rodríguez es la enóloga de la bodega.
Portia Rosado Cuvée 2022 (D.O. Ribera del Duero) es una edición limitada y exclusiva en una zona vitivinícola reconocida sobre todo por sus grandes tintos. Y brilla con luz propia. Elaborado por el método tradicional de sangrado, posee un intenso color fresa, es goloso en un primer momento pero con un final seco. Buena intensidad y cuerpo, en el punto justo para dar buen juego en un aperitivo o a lo largo de una comida. Bodegas Portia fue la primera bodega del mundo diseñada por el arquitecto Norman Foster& Partners. PVP recomendado: 7 euros.
Cuatro vinos rosados, frescos y con cuerpo, para disfrutar de aperitivos, almuerzos o cenas este verano.
Nota: Ninguno de los vinos mencionados se han seleccionado por motivos comerciales, su elección es una decisión únicamente de calidad y periodística. Los precios son meramente orientativos.
