Hace unos días, la Comunidad de Madrid emitió una alerta alimenticia por la posible presencia de salmonella en uno de los mariscos más codiciados de cara a las próximas cenas de Navidad: las nécoras. El aviso se hizo público a partir de una comunicación entre el Sistema Coordinado de Intercambio Rápido de Información (SCIRI) y la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), quien finalmente ha tomado cartas sobre el asunto.
La salmonelosis, tal y como apunta la propia AESAN, es una de las enfermedades de transmisión alimentaria más comunes y ampliamente extendidas. Es producida por bacterias del género Salmonella, un bacilo Gram negativo que presenta una gran capacidad de adaptación, lo que le permite sobrevivir en ambientes muy diversos durante meses o incluso años. Es por ello que su presencia puede darse en varios tipos de alimentos, desde huevos y productos a base de huevo crudo o poco cocinados, hasta carne cruda, pescado poco cocinado, leche y otros productos lácteos.
También puede ser localizada en agua contaminada, lo que hace que una de las principales fuentes de infección sea, además de la ingesta de alimentos, el consumo de agua y la transmisión de una persona a otra con deficiencias en la higiene de por medio. Todo ello hace que la salmonelosis sea la segunda zoonosis de transmisión alimentaria (enfermedad infecciosa que ha pasado de un animal a humanos que se propaga por contacto directo o a través de los alimentos, el agua o el medio ambiente) más notificada en humanos, después de la campilobacteriosis (ocasiona del 5% a 14% de la diarrea mundial).
Por ejemplo, tal y como apunta la AESAN, en los últimos registros de 2021 se notificaron más de 60.000 casos confirmados de salmonelosis en humanos en toda la Unión Europea (UE), fomentando el aumento en un 14,3% en la tasa de notificación en la UE en comparación con 2020. En España, donde es una enfermedad de declaración obligatoria (los médicos están obligados a notificar al centro de salud el incidente), se notificaron en 2022 un total de 8.832 casos de salmonelosis, estableciéndose como el tercer país de la UE con mayor registro según Statista, por detrás de Francia y Alemania.
La AESAN detecta Salmonella en nécoras congeladas de la marca Pescanova
Durante los últimos días, la AESAN ha dado noticia de la retirada relativa en los supermercados de nécoras congeladas de la marca Pescanova. Según la información aportada por la agencia española, la extracción del producto implicado ha sido realizada en los establecimientos de la cadena de supermercados FROIZ (y sus franquicias Mercamas), una cadena española especialista en frescos, bodega y droguería. La operación, además, ha afectado a diferentes comunidades autónomas: Galicia, la Comunidad de Madrid o las dos Castillas destacan entre ellas.
Por otro lado, las indicaciones que la AESAN han ofrecido sobre el producto son las siguientes:
- Nombre en etiqueta: Nécora cocida ultracongelada
- Nombre de marca: Pescanova
- Número de lote: 40224
- Fecha de caducidad: Finales de octubre de 2024
- Temperatura: Congelado
Se trata, por lo tanto, de una clase de marisco procedente de Irlanda que se vende en envases de cuatro piezas y cuyo consumo, en condiciones actuales, supone un riesgo para la salud. Principalmente, los síntomas de la salmonelosis son diarrea y vómitos acompañados de fiebre y dolores de cabeza, aunque en niños, ancianos y otros enfermos también pueden tener otro tipo de consecuencias, como la deshidratación, apunta la AESAN.
Asimismo, la propia marca involucrada ha solicitado a quienes hayan adquirido este producto a su devolución al punto de venta, donde les será reembolsado su importe. "Lamentamos cualquier molestia o perjuicio para nuestros consumidores y ponemos a su disposición el teléfono 900 812 345 para cualquier consulta", ha señalado Pescanova a la vez que ha reiterado su "compromiso de garantía con la trazabilidad y la seguridad alimentaria de nuestros productos aplicando los más estrictos controles de calidad".
Los operadores de las industrias alimentarias son los principales responsables de la puesta en el mercado de alimentos seguros, debiendo cumplir todos estos con elevados estándares de higiene. Por ejemplo, para prevenir la salmonelosis se aplican medidas de control en todas las etapas de la cadena alimentaria, desde la producción primaria hasta que los alimentos llegan a los consumidores. Pero los consumidores también pueden actuar al respecto, señala la AESAN. Se recomienda, por ejemplo, lavarse las manos con agua caliente antes y después de la manipulación de los alimentos, lavar los utensilios de la cocina o separar en recipientes cerrados los alimentos crudos de los cocinados de la nevera.