Cuando crean una serie de televisión, en ocasiones, avisan de que está basada en hechos reales. Sin embargo, en Homeland, la ficción estadounidense sobre un soldado norteamericano secuestrado en la guerra de Irak durante más de 8 años, todo está sacado de un guión inventado que nada tiene que ver con la realidad. Esa misma realidad que el pasado sábado hizo que los talibanes en Afganistán devolvieran a un soldado norteamericano secuestrado desde 2009.
El liberado en cuestión es el sargento Bowe Bergdahl, que fue canjeado el pasado fin de semana y sobre el que hay sospechas de haber desertado. Unas sospechas que están fundadas en las mismas suposiciones de la CIA sobre Nicholas Brody, de la serie que emite AMC y cuya emisión en España corre a cargo de Fox. Varios correos electrónicos sobre los que informó la revista Rolling Stone en 2012 revelan lo que los compañeros soldados de infantería de Bergdahl se enteraron días después de su desaparición: le dijo a algunas personas que ya no apoyaba el esfuerzo de Estados Unidos en Afganistán.
En los correos se pueden leer frases como "El futuro es demasiado bueno como para desperdiciarlo en mentiras". "Y la vida es demasiado corta como para preocuparse por la condenación de otros, así como para pasarse la vida ayudando a tontos con sus ideas equivocadas. He visto sus ideas y me avergüenzo de ser un estadounidense. El horror de la arrogancia en la que viven, en la que se creen tan rectos. Todo es repugnante", le escribió Bowe a sus padres
En el vídeo de liberación, que este miércoles han publicado los talibanes, se puede ver al sargento desconcertado, parpadeando con frecuencia, como si le molestase la luz tras permanecer durante un largo período encapuchado. Y rapado, igual que el sargento Brody en la ficción.
Las circunstancias de la captura de Bergdahl son motivo de controversia y algunos antiguos compañeros han denunciado que desertó después de haber expresado críticas respecto a la guerra de Afganistán. El paralelismo empieza a ser sospechoso en el momento en que sus propios compañeros dudan de las circunstancias de su secuestro. Algo que también ocurre en la serie cuyo fan más emblemático es el mismísimo presidente de Estados Unidos, Barack Obama.