Después de que el periodista y premio Pulitzer Seymour Hersh publicase un libro poniendo en duda el relato oficial de la muerte de Bin Laden ofrecido por la Casa Blanca, el Gobierno de los Estados Unidos ha dado a conocer cientos de documentos, algunos secretos hasta ahora, que asegura haber hallado en el complejo paquistaní en el que las fuerzas especiales mataron en 2011 al entonces líder de Al Qaeda.
La desclasificación por parte de la Oficina del Director de Inteligencia de Estados Unidos de 103 documentos encontrados por la Navy Seal en la guarida de Abbottabad, ciudad situada en el norte de Pakistán, revelan las muchas facetas de un hombre obsesionado con matar infieles, pero también de un francófilo con pretensiones de erudito, un aficionado de la pseudociencia o un marido enamorado.
Entre los 40 libros encontrados en su biblioteca, se radicaban publicaciones del lingüista y referente de la izquierda norteamericana, Noam Chomsky, y Obama’s War, del periodista Bob Woodward. Igualmente, Osama Bin Laden poseía varios ejemplares de obras que hacen referencia a las teorías de la conspiración, como Bloodlines of the Illuminati o conjeturas sobre programas de manipulación mental de la CIA.
Su verdadera pasión fueron los estudios de historia política y económica francesa
El saudí, recluido en su escondite desde 2006, también tuvo tiempo de amasar una importante colección de consulta, incluida una rara edición del ensayo de Charles R. Haines del siglo XIX sobre Cristiandad e Islam en España entre 756 y 1031. Pero su verdadera pasión fueron los estudios de historia política y económica francesa, de los que acumuló cerca de una veintena de publicaciones y documentos.
Por otra parte, entre las cartas encontradas en el refugio de Abbottabad, aparecieron varias cartas en las que Bin Laden hace referencia a su temor por los ataques con drones, su preocupación por sus comunicaciones vía correo electrónico y la dificultad de abatir a las tropas de los Estados Unidos, al que consideraba “el ejército más moderno del mundo”. Entre estos documentos destacan solicitudes llenas de formalidades para reclutar a yihadistas y terroristas suicidas.
El Osama progenitor
Asimismo, entre los documentos revelados por el Ejecutivo norteamericano se hallan epístolas destinadas a su familia. Destaca una carta del líder terrorista a una de sus tres esposas el 15 de agosto de 2008, en la que expresa su última voluntad: casar a sus hijas con muyahidines y, si no es posible, "con buena gente”. En dichos mensajes, también se puede apreciar al Bin Laden más sentimental, ya que se dirije a la nombrada esposa como "manzana de mis ojos" o "la cosa más preciosa del mundo, la que llena de amor mi corazón".
Para su hijo Osama dispone que cuando alcance la mayoría de edad se le envíe a la batalla por la yihad, declarando el lado privado y familiar del cerebro de los atentados del 11 de septiembre de 2001, el mayor ataque terrorista de la historia.