Las autoridades de Australia ha impuesto este jueves el uso obligatorio de mascarillas faciales al aire libre en la zona del epicentro del brote de covid-19 en la ciudad de Sídney y dieron nuevos poderes a la Policía para hacer cumplir las medidas sanitarias.
"Si pones un pie fuera de tu casa, necesitas usar una mascarilla todo el tiempo sin importar dónde estés", dijo hoy la jefa de gobierno del estado de Nueva Gales del Sur, Gladys Berejiklian, al anunciar en rueda de prensa la medida que rige en los ocho municipios en donde se producen la mayor propagación de la variante delta.
A esos municipios del oeste de la ciudad, que tienen restricciones más duras que el resto de Sídney y las comunidades aledañas- que están confinadas desde el 26 de junio hasta el 27 de agosto próximo- también se les redujo, de 10 a 5 kilómetros, el radio de desplazamientos permitido para hacer la compra o hacer ejercicios.
No obstante, la nueva multa de 500 dólares australianos (368 dólares estadounidenses o 310 euros) por no usar mascarillas, una subida de un 40%, se aplicará a todos los habitantes de Nueva Gales del sur sin excepción.
Ante el incremento de los casos de covid-19, que este jueves sumaron 239 infecciones locales y dos fallecidos - el gobierno de Nueva Gales del Sur reforzó la presencia de la Policía, a la que dio nuevos poderes para vigilar el cumplimiento de las medidas contra la covid-19.
El brote de la delta en Sídney- que acumula desde que se detectó a mediados de junio pasado, más de 2.600 infecciones y 13 fallecidos.
"Desde mañana, la Policía tendrá el poder de cerrar los establecimientos públicos, los proyectos de construcción, lugares de trabajo o negocios si siguen incumpliendo las medidas de salud pública", señaló la jefe del gobierno de Nueva Gales del Sur.
Fronteras cerradas
El brote de la delta en Sídney- que acumula desde que se detectó a mediados de junio pasado, más de 2.600 infecciones y 13 fallecidos, entre ellos una joven estudiante latinoamericana, se filtró hace unas semanas a otras regiones de Australia, que lograron controlar la propagación con confinamientos estrictos y tempranos.
Australia, que mantiene sus fronteras internacionales cerradas y atribuye los brotes a la filtración del virus desde los centros de cuarentena de los viajeros, acumula más de 33.500 infecciones y 923 fallecidos desde el inicio de la pandemia, mientras ha vacunado con la pauta completa a un 16 por ciento de la población mayor de 16 años.