El Gobierno del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, envió a cuatro agentes secretos a la cumbre sobre cambio climático de la ONU (COP-25) celebrada el pasado mes de diciembre en Madrid con el objetivo de espiar a organizaciones no gubernamentales, a los propios delegados brasileños y a las delegaciones de otros países, según ha revelado el diario brasileño Estadao.
Fuentes gubernamentales han manifestado al mencionado rotativo su extrañeza e incluso han señalado que es la primera vez que se envía a agentes secretos a una cita de este tipo
En los listados oficiales de delegaciones de la ONU aparecen nombres de individuos enviados por el Gabinete de Seguridad Institucional (GSI) o un coronel de la de la Agencia Brasileña de Inteligencia (ABIN) identificados como "analistas". Los nombres fueron confirmados gracias a una petición de Estadao amparada en la Ley de Acceso a la Información.
Misión: localizar a los críticos con Bolsonaro
Un miembro de la ABIN ha explicado en declaraciones bajo condición de anonimato que la misión buscaba captar críticas al Gobierno de Bolsonaro, en particular con respecto a la Amazonía, y así "defender los intereses del país". Además ha reconocido que las campañas de las ONG eran motivo de "preocupación".
Uno de los miembros de la delegación ha expresado su sorpresa por la presencia de agentes secretos y ha indicado que ni siquiera se presentaron al resto de la delegación. Otros dos han indicado que fueron interrogados por los "representantes del GSI" sobre sus actividades.